Festival txuri-urdin con sabor a octavos

La Real Sociedad huele a octavos de final de la Europa League. A pesar de su dubitativo inicio en la competición esta temporada, el equipo donostiarra se ha recuperado a lo grande y llega dependiendo de sí mismo a las dos últimas jornadas de esta primera fase para poder terminar entre los ocho primeros clasificados y evitar la eliminatoria del playoff de dieciseisavos de final. Todo después de darse un buen empacho de goles contra el colista Dínamo de Kiev en el Reale Arena. Todo un festival anotador, especialmente en la primera parte, que sirvió para enseñar los dientes a toda Europa y presentar las credenciales a pelear por el premio gordo de esta fase liga de la Europa League.

Los de Imanol pasaron literalmente por encima del Dínamo de Kiev y se fueron al descanso con el partido más que encarrilado, prácticamente cerrado, con un claro 3-0 que tranquilamente podía haber sido un resultado mucho más abultado, de no ser por el buen desempeño de Bushchan, el portero del equipo ucraniano. El gran capitán Mikel Oyarzabal siguió ampliando su leyenda en la Real Sociedad con un doblete, después de cazar un penalti que había fallado y con una acción preciosa dentro del área, guio a su equipo hacia un triunfo vital para seguir creyendo con terminar entre los ocho primeros. Y lo culminó con un golazo de Sheraldo Becker desde una posición dentro del área en la que casi no tenía ángulo. La primera parte fue primorosa, pasó literalmente el colectivo local por encima del Dínamo, incapaz de frenar el vendaval de la Real.

Porque tal y como se esperaba, la Real Sociedad salió a mandar con el balón, con la clara intención de llevar la iniciativa en el partido, contra un colista que empezó tímido, replegado y sin excesivas ganas de buscar pelea. Su situación clasificatoria le llevaba a no sentirse cómodo, porque sin ya aspiraciones en la Europa League, su mente está en otro sitio buen diferente. Pero se esperaba que, aún sin opciones para seguir adelante, intentara morir matando. Los ucranianos esperaron replegados para empezar, tanteando las intenciones de los de Imanol, que si tenían mucho en juego en este envite europeo.

Hubo un posible penalti nada más empezar en el área de la Real que no vio el colegiado, que hubiera cambiado todo un partido que terminó con una victoria plácida de la Real y a la que le sobró la segunda parte. Imanol gestionó el vestuario, dando minutos a los meritorios y dando descanso a los titulares. Pudo ampliar el resultado en acciones aisladas, sobre todo con un Magunazelaia muy activo y enérgico que remató al palo. El Dínamo de Kiev dio un paso adelante, pero más por amor propio y orgullo. Y la Real no quiso hacer sangre a un equipo muy tocado anímicamente por la situación tan dura que está viviendo en su país. Salió una noche redonda en la que, incluso, jugadores como González de Zárate con un partidazo, y Olasagasti se reivindicaron ante Imanol. La Real suma su quinta victoria seguida y sin recibir un solo gol. Sigue su espectacular racha mientras mira con ambición a la octava plaza, que tiene ya a un punto. Y con tiempo de todo. Dos jornadas, depende de sí misma, y le llega todo en su mejor momento de la temporada.