Festival de Leão

El Milan llegaba a Praga con una renta de dos goles. Muchos se relajarían tras el 4-2 de la ida, pero Pioli no cometería ese error. Alineó un once titularísimo que le dio un repaso al Slavia Praga en la primera parte. Un 0-3 al descanso que terminó por sentenciar la eliminatoria y sellar el pase rossonero a cuartos de final.

Los checos pusieron de su parte cuando el buen y, sobre todo, experimentado centrocampista Holes vio la expulsión. En un balón dividido, entró con la plantilla cuando Calabria ya había desplazado el balón. El capitán local pisó el tobillo del capitán visitante y el colegiado, después de ir al monitor, enseñó la roja. Mientras miraba la jugada, Maignan pidió el cambio después de recibir dos golpes en estos primeros veinte minutos. El francés no pudo aguantar más el dolor y probablemente sea baja en este parón con Francia.

Ya con uno menos, el Slavia Praga no fue rival para un Milan que cuenta con un jugador que, cuando tiene el día, tiene detalles de clase mundial. Rafael Leão sentenció a los rojiblancos en apenas quince minutos. Primero, con una gran maniobra encontró a Pulisic al segundo palo. El estadounidense realizó un buen amago y marcó con su zurda. Después, Theo se apoyó con el portugués para llegar a línea de fondo y ponérsela a placer a Loftus-Cheek para el segundo gol. Y, ya en el añadido de la primera parte (extenso por el VAR y la lesión de Maignan), Leão se inventó un golazo desde fuera del área de los que te hacen llevarte las manos a la cabeza.

La diferencia en el marcador con la que se empezó la segunda parte asustaba. Un 2-7 que dejaba poco lugar a la esperanza. Pioli decidió guardar para evitar más tragedias. La de Maignan era suficiente. Arrancó quitando a Tomori (que regresó de lesión hace apenas dos semanas) y a Calabria, al mismo tiempo que quiso dar minutos a Kalulu, quien volvió este pasado fin de semana después de estar de baja desde octubre. Pulisic, que lleva marcando en los últimos tres partidos, también fue sustituido. Y la segunda parte se desarrolló como se suelen dar los partidos que ya están decididos: los jugadores del equipo ganador querían marcar cada uno su gol y los del equipo perdedor evitar la humillación. El joven Jurasek, de 20 años y que viene de marcar un doblete en liga, anotó con un golazo el que se conoce como el tanto del honor. Ambos tuvieron un par de ocasiones más, pero el marcador ya había engordado demasiado. El Milan estará en cuartos.