E. LEAGUE I PSV - SEVILLA

“En aquella final de Eindhoven, el sevillismo no sabía si reír o llorar”

El Sevilla regresa al Philips Stadion, donde el 10 de mayo de 2006 inauguró esta época dorada de títulos con una goleada (4-0) al Middlesbrough.

Jesús Spínola

Jugar un partido de playoff (dieciseisavos) en Europa League no debería comportar ninguna emoción extra entre los expedicionarios (jugadores, directivos, aficionados y periodistas) de un equipo acostumbrado tanto en los últimos años a pasear y pasearse por el Viejo Continente, con seis títulos de la Europa League y casi una decena de participaciones Champions en el bolsillo durante las últimas dos décadas. El vuelo que llevó ayer al equipo a Eindhoven para jugar la vuelta del playoff ante el PSV destilaba, sin embargo, aires de partido grande, algo que propició el mismo club blanquirrojo: como invitado especial viajó Javi Navarro, capitán sevillista que levantó allí, en el Philips Stadion, el primero de una cascada de títulos: la primera Copa de la UEFA, ganada al Middlesbrough inglés por 4 goles a 0, el 10 de mayo de 2006.

Con buena parte de la defensa actual lesionada o sancionada, una media docena aficionados que acompañó a la plantilla se felicitaba por ver a Navarro sentado en la parte delantera de la cabina. Alguno hasta le bromeaba a Sampaoli: “Ponlo mañana, Jorge”. Retirado del fútbol desde hace lustros, Javi recogía el guante con una sonrisa: “En un viaje así se te va metiendo el gusanillo y te entran ganas hasta de jugar. Sin bromas: me han dado escalofríos sólo por estar aquí otra vez. Todos estamos un poco más viejos, el Sevilla es un poco mas grande pero te vienen muchos flashes de aquel partido, de la celebración, de la llegada al Sevilla.... Volver a Eindhoven es quizá rememorar el mejor momento de mi carrera”.

“Fue la copa que le cambió la vida a este club”, matiza José Castro, actual máximo dirigente nervionense, entonces vicepresidente de la entidad. “Hacía 44 años que el Sevilla ¡nada menos que el Sevilla! no jugaba una final, desde que en 1962 nos ganara el Real Madrid una de Copa. Parecía una maldición. Aquel día, que no se me olvidará nunca, todos pensábamos que íbamos a jugar esa final ante el Middlesbrough y después, a esperar otro montón de tiempo... Y luego hemos jugado 20 finales y conseguido 10 títulos”.

La gente por las calles no sabía si reír ni llorar después de tanto tiempo sin haber ganado un título. Pero la Markt Platz (Plaza principal de la ciudad) era totalmente sevillista, Eindhoven se convirtió en Sevilla”, relata Castro. 17 años después, entonces era un chaval de 20, el actual capitán del equipo nervionense Jesús Navas regresa con 37 a la ciudad neerlandesa. Y así recuerda aquella gesta: “Eindhoven siempre será especial. He vivido otros títulos con el Sevilla, la Sexta también y como capitán, pero aquello fue único. Disfruté muchísimo y recuerdo con muchísima emoción aquellos momentos de la final”.

A Quique, socio sevillista desde hace 35 años, la vida le ha sonreído y por eso ahora tiene dinero para volver a Eindhoven en el chárter del equipo. En 2006 tuvo que coger dos vuelos y un tren para llegar a la final: “Entonces era joven y no pesaba nada, sobre todo porque ganamos por goleada en el campo y en la grada, y luego eso no ha ocurrido en ninguna de las otras cinco finales de Europa League. Los que estuvimos aquí entonces hemos vivido muchos más títulos, pero aquel fue diferente”.

José Antonio Sánchez Araujo, maestro de periodistas en la Cadena SER que regresa incluido ahora en la expedición del Sevilla, afirma que estaba seguro de la victoria: “Era la primera final del Sevilla que yo narraba. Ya había estado en las del Betis de Copa, pero en ninguna sevillista... Yo era de los que creía que no se escapaba ese título, porque había un equipazo con Palop, Dani Alves, Adriano, Navas, Maresca, Luis Fabiano o Kanouté, entre otros jugadores de muy buen nivel. Pero, efectivamente, la gente pensaba que aquello se iba a acabar ahí y luego no han parado de llegar títulos”.

Como buen periodista, Araujo recuerda también algún detalle menos agradable. “No volábamos con el equipo por aquellos tiempos y el viaje de vuelta fue una auténtico caos porque el aeropuerto de Eindhoven no estaba preparado para tantos miles de aficionados del Sevilla. La gente se metía en los aviones sin que le pidieran documentación. Afortunadamente no pasó ninguna desgracia”. Esta noche 800 hinchas sevillistas, algunos de ellos por primera vez en Eindhoven, volverán al lugar donde a su equipo le cambió la vida.

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