El Villarreal silencia Split y se cuela en la fase de grupos

Hora y media antes del inicio del partido, el Stadion Poljud de Split ya estaba a reventar. Cuando se pitó el comienzo a muchos seguidores del Hajduk ya nos les quedaba voz para animar. Otros se vinieron abajo cuando Baena, antes de entrar en el minuto 3, se plantó solo ante Kalinic. Falló el mediocentro del Villarreal y el estadio se vino arriba otra vez. En ese momento, el Hajduk empujó como nunca, liderado por Livaja.

El Villarreal, ya curtido en noches similares por sus travesías por Europa, esperó paciente. Ahí aparecieron Pedraza y Chukwueze para poner las cosas en su sitio y meter al Villarreal en la fase de grupos de la Conference. Hoy conocerá a sus rivales de una competición que sueña con conquistar. El equipo de Emery, a pesar de verse sometido en muchas fases de la primera parte, mantuvo su racha triunfal en este arranque de temporada. Cuatro de cuatro y con el gen ganador inyectado en la piel.

El Villarreal, tras el 4-2 de la ida, saltó relajado al campo. Eso es lo que más le enfadó a Emery porque ya avisó que el Hajduk era peligroso y que apretaría como nunca en los primeros minutos. Empujado por el ambiente, el cuadro croata lo intentó de mil formas. Salvo el susto que dio Baena y el gol de Pedraza, el Hajduk convirtió el choque en un tiroteo. Cerró la primera parte con once disparos, siete de ellos de Livaja. El punta estaba en todos los sitios y fue la gran amenaza. Pero el Villarreal, como ya hacen los grandes, esperó su momento para morder. Pedraza, con la derecha, la clavó en el palo y en la red. El 0-1 no dio paz a un Villarreal al que le faltó músculo en la medular. Coquelin y Parejo no estuvieron finos del todo y de varias de sus pérdidas lanzaron a un Hajduk al que le faltó puntería para meterse en la eliminatoria en el primer acto.

Pero el partido se acabó pronto. Chukwueze puso la paz eterna con el segundo. El nigeriano marcó con la ayuda de Kalinic, que se metió el balón en su puerta tras un error grosero. El Submarino silenció otro infierno europeo. Y ya van unos cuantos.