El Leverkusen gana por inercia

El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso no entiende de partidos más o menos importantes. Sólo entiende de ganar, ganar y volver a ganar. Lo volvió a poner a prueba el actual líder de la Bundesliga en su visita al Häcken sueco, al que visitó con el liderato del grupo H ya asegurado y la clasificación a octavos sellada para imponerse con solvencia por 0-2. Para la gran revelación del fútbol europeo fue su decimooctava victoria en su decimonoveno compromiso esta temporada, una cifras que subrayan que el conjunto de las aspirinas, además de haberse postulado como principal rival del Bayern de Múnich en la pelea por la ensaladera, también es uno de los grandes favoritos a hacerse con el que sería el segundo paragüero en toda su historia. El Bayer (sin n) es un rodillo.

Y lo demostró una vez más ante el Häcken. Sin Wirtz, baja por unas molestias, y otros fijos en el once como Frimpong, Xhaka o Grimaldo, a los que Xabi quiso conceder algo de descanso antes del partidazo en la Bundesliga ante el Borussia Dortmund, el Leverkusen no tardó apenas un cuarto de hora en ponerse por delante en el marcador. Fue Boniface quien se quedó absolutamente solo en el área y cabeceó un centro de Stanisic al fondo de la red para inclinar la balanza hacia el lado alemán. No fue la versión del Leverkusen más brillante, pero tampoco le hizo falta ante un Häcken que sí dispuso de alguna que otra ocasión para poner las tablas antes del descanso, pero no supo aprovecharlas.

La cosa no cambió en el segundo período. Le puso carácter el Häcken y logró plantarse en las inmediaciones del área de los alemanes, pero les siguió faltando esa pizca de determinación en sus acciones para llegar a poner en evidencia a la zaga renana. Ante el constante empuje de los locales, Xabi optó por revolucionar el once, dio entrada a Schick y fue precisamente el ariete checo el que sentenció el choque tan sólo diez minutos después de ingresar en el terreno de juego. El primer disparo del delantero desde dentro del área fue rechazado, pero el cuero le llegó a Stanisic, la cesión del Bayern se la volvió a poner en bandeja a Schick y esta vez sí acertó con la, cerranso la quinta victoria de cinco en la competición y certificando la eliminación europea del Häcken.

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