El Betis se deshace en Glasgow

El Betis no se reencuentra tras su caos en Montjuïc y se estrena en la Europa League con una caída inesperada en Glasgow. Tuvo opciones de reinar ante el Rangers, pero su mala segunda parte y su falta de pegada condena al equipo de Pellegrini a una derrota que desnuda más carencias en su actual plantel. Sin gol y con apenas pinceladas insuficientes por parte de sus piezas más diferenciales, tembló en su área para que Sima elevara al Rangers hasta la gloria. La que el Betis quiere encontrar en Europa y, de momento, siente más lejos que nunca. Ni Rodri ni el joven Assane pudieron arreglar el contexto en un tramo final de locura.

El Rangers arrancó con ímpetu y con cierta intención de tener los mandos. El Betis observó el escenario y pronto entregó su fútbol a lo que Isco quisiera. Y quiso mucho. El malagueño sirve de aliado para casi todos. Buscó a Luiz Henrique en la diestra, encontró espacios para Abde y también sirvió de arma creativa cuando Guido y Marc Roca trataban de equilibrarlo todo. A ese despliegue del Betis respondió el Rangers con su mejor arma: el juego directo. Un pase largo probó que Matondo es más veloz que Bellerín y evidenció que Bravo tiene la experiencia necesaria para mantener la calma. Una mano del chileno evitó el 1-0.

Ya había síntomas de vértigo en el Ibrox Stadium. Isco quería controlarlo todo. Pero también Abde decidió que su debut como titular merecía instantes de oro. El marroquí se convirtió en un puñal con cada carrera y Marc Roca lo encontró en un desmarque mágico que no tuvo la mejor finalización posible por parte del atacante bético. El ritmo aumentaba y Bellerín encontró a Isco para que éste probara a Butland, pero su disparo se marchó fuera. Abde seguía sin el foco ajustado y Matondo seguía empeñado en llenar de nervios a la zaga de Pellegrini. Había desajustes y miedos y ello relanzó al Rangers antes del descanso mientras su público suspiraba por más.

Roofe la tuvo para el Rangers en la reanudación y los espacios parecían multiplicados. Lawrence siguió la estela de su compañero y lanzó un zurdazo que se aproximó mucho a la escuadra izquierda de Bravo. El Betis titubeaba y el Rangers impulsaba sus alas. Una falta de Bartra al borde del área permitió a Barisic probar su balón parado, pero el larguero salvó a Bravo. No acompañó la fortuna al chileno minutos más tarde cuando Sima se adelantó a los centrales verdiblancos para aprovechar un desajuste en cadena tras un saque de esquina local. La locura se instaló en las gradas del Ibrox Stadium. Y Pellegrini miró a su banquillo para encontrar más respuestas para combatir el caos.

Rodri, Ayoze y Willian José saltaron a escena para revolucionar el duelo y devolver al Betis algo de intensidad. Fue el canterano el que pronto trazó líneas de desborde y puso en aprietos a Butland. Parecía insuficiente. Pero el de Talayuela fue el revulsivo que el equipo necesitaba. El Rangers cerró espacios y se agarró a su intensidad para frenar las acometidas del equipo bético. Pellegrini tiró del joven Assane Diao como última bala para romper a un Rangers que ya tenía cerrado su plan. Los puntos se quedaron en Glasgow. Y las heridas siguen sin sanar en el conjunto verdiblanco.