Bernardeschi baja al Celta de la nube

El Bolonia visitó Vigo dispuesto a apagar las luces. Ni cinco minutos tardó Bernardeschi en sacar a relucir su zurda. Estuvo atento Radu para decirle que la vida le ha cambiado en Galicia. Los italianos se apropiaron del balón y encerraron al Celta en su campo, incapaz de encontrar la carretera de salida. Hasta que Swedberg cogió un atajo por la derecha. El atacante sueco continúa en estado de gracia y después de poner patas arriba el Bernabéu, se puso el traje de gala ante su afición. Su frenazo dejó pálido a Lykogiannis, que desde el suelo observó cómo el Kraken le regalaba el gol a Bryan Zaragoza.

Los boloñeses estuvieron a punto de empatar gracias al otro sueco del Celta. Starfelt se hizo un lío y dejó el balón franco para que Rowe ajusticiase a Radu, pero el inglés prefirió echar el balón fuera. Al minuto siguiente, fue Castro quien no acertó a rematar un caramelito de Bernardeschi. También lo intentó Holm de volea y otra vez Castro, tras otra maravilla de Bernardeschi, antes del descanso. El argentino fue el que más cerca estuvo del gol, pero Radu le cerró la puerta con una gran intervención. La lluvia arreciaba sobre Balaídos, pero el mayor chaparrón era de color rojo y azul.

El Celta aprovechó el descanso para coger el paraguas. Los célticos encontraron su mejor momento en la reanudación, cuando no sufrieron tanto y empezaron a hacerse amigos del balón. Fue solo un espejismo. Enseguida apareció Bernardeschi vestido de diablo. Cuesta entender porqué estuvo cuatro años perdido en Toronto un talento de semejante calibre. El futbolista de la Toscana amortiguó el esférico en el costado derecho, miró a los ojos a Mingueza y le rompió la cintura antes de servirle el tanto en bandeja a Pobega. Se libró el Celta del empate por milímetros después de un interminable chequeo. Menos mal que el fuera de juego era semiautomático.

Pero el Bolonia siguió apretando el acelerador. En la siguiente acción, Pobega se marchó por la izquierda y Javi Rodríguez le derribó dentro del área. El colegiado, Radu Petrescu, señaló fuera de juego a instancias de su linier, pero hubo que comprobarlo otra vez durante minutos que parecieron horas. Esta vez los centímetros favorecieron al Bolonia y Bernardeschi no perdonó desde los once metros. El empate no era mal resultado y en la banda estaba preparado Aspas para entrar.

Sin embargo, un mal entendimiento entre el moañés y Beltrán acabó con el balón en los pies de Bernardeschi, quien no lo pensó dos veces y puso la directa hacia la portería de Radu, al que apuntilló con la punterita, como si fuera Romario. El Bolonia ganaba con justicia en Balaídos, aunque quedaba tiempo suficiente para que los vigueses organizasen un arreón final. No fue posible. Los de Giráldez se sintieron incapaces de meterle mano a los boloñeses y tienen casi imposible meterse en el top-8.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí