EUROPA LEAGUE | ATHLETIC 1 - SLAVIA 0
Agirrezabala y Nico, principio y fin de todo
Tres puntos de oro para seguir invictos: el meta con sus paradas y el extremo con su primer gol en Europa doblegan a un grandísimo Slavia.
El Athletic sudó de lo lindo para sacar el segundo partido continental seguido, de nuevo en casa, y mantenerse invicto en la Europa League, con siete puntos, entre los ocho elegidos. Ya ha dejado atrás los dos rivales más complicados, los dos del bombo 1. A las dos victorias al calor de su gente hay que sumar el empate en el descorche de Roma. La magia de Nico Williams sacó del apuro al cuadro de Valverde ante el Slavia, un señor rival, un equipo con mayúsculas, pero San Mamés a veces se basta para derribar a gigantes de este calibre. El extremo internacional anotó el primer tanto de su vida en una competición europea de clubes; no fue el más bonito de su repertorio, desde luego, se apoyó en el rechace de un rival, pero vale tres puntos de oro. ¡Qué más da! Copiando un tópico que suele manejar su hermano, adujo que “goles son amores, da igual cómo entren”. Ese fue el colofón, pero para llegar a él, hay que buscar un principio, rebuscar el origen, y ahí emergió un Agirrezabala descomunal. Si uno reina en las dos áreas, hay poco que debatir.
El conjunto de Praga llevó el peso del partido, mantuvo una presión individual que no supieron contrarrestar los locales. Está bien construido, tiene interesantes variantes tácticas y físico, mucho físico, pero algo les faltará para no habitar el terreno Champions. Tal vez sea la calidad en algunas piezas, aunque no dejan de moverse desde el pitido inicial. Y en el acierto, ahí sí que flojean. No es un equipo con mayúsculas dejará huella en Bilbao durante este año y dos meses en el que solo han ganado Madrid y Atlético, pero sí el que más chinchetas ha desplegado ante el ‘rock and roll’ vizcaíno. Hacía tiempo que no se veía a un rival lanzarse al cuello del cuadro del Txingurri. Recibió de su propia medicina. Ni cinco pases eran capaces de dar, con el medio campo desesperado. Pero, vamos, los nueve partidos sin caer hasta ahora y la única derrota en 17 compromisos se explican dando un repaso a los 90 minutos de La Catedral. Los rojiblancos, muy sometidos, fueron ajenos al balón y les costó mucho poner en marcha sus rápidas transiciones.
De inicio, Valverde no movió apenas el equipo de inicio más allá del regreso de Paredes tras su sanción ante el Espanyol y la entrada de Prados en lugar de Jauregizar. Lo que no se atreve a hacer la mitad de los equipos de la Liga española, esto es, vivir en campo contrario y apretar muy alto en el imponente San Mamés, lo puso en práctica el Slavia al inicio de ambos períodos. Dominó los primeros compases de cada parte con la autoridad de un equipo de la nobleza europea y obligó a Agirrezabala a trabajar de lo lindo. Ante Michez en varias ocasiones y ante el inacabable Chory, casi dos metros de delantero tipo Muriq, cuando este abandonó el banquillo e ingresó en el césped. Es el meta que, manteniendo la portería a cero, ha realizado más paradas en un partido en San Mamés en los últimos 20 años en competición europea (7). Esos jugadores son un portento físico y dominaron una amplia fase del compromiso, en los que no dejaron a los leones atravesar la línea medular. Les devolvieron a la tierra, parecía que el calendario continental les sonreía y estaba chupado en casa, pero hay que currárselo, solo con el nombre no se ganan partidos.
A los leones les sacó de punto el marcaje individual por todo el campo que puso en marcha Trpisovsky, con la idea de arrebatar rápido el cuero y visitar continuamente al meta local. Su sistema arranca con tres centrales y cuatro en medio, pero los dos ubicados en las orillas ataban en corto a los Williams. Paraban las transiciones de forma prodigiosa. Pero, claro, al equipo de Valverde le llega con un leve toque de corneta para disparar en estampida a la tropa. En una de ellas Nico pudo lanzar, aunque de forma mansa, una pelota que llegó tibia a manos de Kinsky. Esa vorágine cambió el discurso del choque. Incapaces de mantener el ritmo a esas revoluciones desbocadas del primer cuarto de hora, los checos bajaron la tensión. Poco después Boril golpeó a Iñaki en el área y el colegiado pitó penalti, pero el VAR le alertó de que previamente Guruzeta había atropellado a Dorley, algo que, visto en el monitor, resultó cristalino como el agua. Tras los fallos de Berenguer, Iñaki y Herrera en Girona, estaba preparado Nico para tomar el relevo como lanzador en la pena máxima y se quedó con la miel en los labios. Quiere ser líder a tiempo completo.
Los rojiblancos no sacaron ni un córner. No las tenían todas consigo, les ganaban todos los duelos individuales. Guruzeta y Berenguer andaban miopes y Djaló quiere agradar tanto que se acelera en exceso. Nico, cómo no, fue el que los sacó del letargo. Un pésimo saque de banda checo fue cortado por De Marcos, que cedió a Berenguer y el rey de las asistencias buscó al 10. Este hizo un bello control orientado con la zurda y pegó duro con la misma pierna, con la fortuna de que la pelota golpeó en Zima y eso desconcertó al meta Kinsky. Un buen resultado para un grupo que estaba siendo inferior a su rival. Los partidos también se ganan así, con un chispazo de calidad y después, mucha dosis de resiliencia. Que se lo digan al Madrid o al máximo representante de la épica en la era reciente, Sergio Ramos, o, en su versión baloncestística, Sergio Llull.
La segunda parte volvió a escribir los mismos renglones de dominio checo, con su juego dinámico y agresivo. Sin balón, metidos atrás, los de Valverde se desentendían de los dos contra uno en las orillas, preferían concentrar las fuerzas en las zonas centrales del campo, hacia donde suelen ir los centros. Pero hubo capacidad de sufrimiento. También cierto barniz de angustia. Cuando los depósitos de unos y otros bajaron casi a la reserva, apareció Sancet. Lo agradecieron una barbaridad sus compañeros, tener a alguien que sostuviera el balón un par de segundos para poder desplegarse. Los cambios aportaron piernas frescas para resistir en pie y defender ese 1-0. El resto lo puso Agirrezabala. ¡Bendito padecimiento! El sueño de llegar a la cima europea continúa.
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- 13 Julen Agirrezabala
- 3 Daniel Vivian
- 4 Aitor Paredes
- 17 Yuri
- 18 De Marcos
- 24 Benat Prados (85')
- 10 Nico Williams (76')
- 16 Ruiz de Galarreta (76')
- 7 Berenguer (62')
- 9 Williams
- 12 Guruzeta (62')
- Banquillo
- 2 Gorosabel
- 14 Unai Núñez
- 8 O. Sancet (76')
- 22 Nico Serrano
- 21 Ander Herrera (85')
- 26 Alejandro Padilla
- 11 Álvaro Djaló (62')
- 20 Unai Gómez (62')
- 15 Lekue
- 23 Mikel Jauregizar (76')
- 5 Yeray
- 6 Vesga
- 31 Antonín Kinsky
- 21 David Doudera
- 4 David Zima (87')
- 12 El Hadji Diouf
- 18 Jan Boril
- 10 Christos Zafeiris (87')
- 17 Lukás Provod
- 33 Ondrej Zmrzly (62')
- 19 Oscar Dorley
- 14 Simion Michez (71')
- 13 Mojmír Chytil (62')
- Banquillo
- 6 Conrad Wallem
- 25 Tomas Chory (62')
- 57 Jakub Kolísek
- 47 Marek Naskos
- 24 Ales Mandous
- 2 Stepán Chaloupek (87')
- 48 Dominik Pech (87')
- 35 Matej Jurásek (62')
- 50 Filip Slavata
- 32 Ondrej Lingr (71')
- 28 Filip Prebsl
Cambios
Tomás Chory (62', Mojmír Chytil), Matej Jurásek (62', Ondrej Zmrzly), Unai Gómez (62', Alex Berenguer), Álvaro Djaló (62', Gorka Guruzeta), Ondrej Lingr (71', Simion Michez), Mikel Jauregizar (76', Íñigo Ruíz de Galarreta), Oihan Sancet (76', Nico Williams), Ander Herrera (85', Beñat Prados), Dominik Pech (87', Christos Zafeiris), Stepán Chaloupek (87', David Zima)
Goles
1-0, 32': Nico Williams
Tarjetas
Arbitro: Morten Krogh
Arbitro VAR: Tiago Bruno Lopes Martins, Aleandro Di Paolo
Daniel Vivian (43',Amarilla), Christos Zafeiris (67',Amarilla), De Marcos (78',Amarilla), Jan Boril (80',Amarilla)