Tenaglia decide sobre la bocina

Nahuel Tenaglia vale para un roto y para un descosido. Tan pronto juega en el lateral derecho como comparece como central o marca un gol en la recta final del partido como si fuera un nueve. Eso es lo que ocurrió ante el Levante. Todo apuntaba a un empate pero llegó el de Saladillo en el segundo palo e hizo el 2 a 1. El Levante había merecido más en la segunda parte pero se marchó sin mojar en Vitoria.

Sorprendió la defensa de Coudet con Otto a la derecha, Tenaglia y Garcés como centrales y Parada en la banda izquierda. En todo caso, las cosas apuntaban a la presencia de Yusi por ese carril pero el entrenador de Buenos Aires prefirió meter gente con experiencia en la zaga y con desparpajo en las bandas. En el Levante, tres atrás y dos pivotes muy bien posicionados haciendo daño en la posesión local.

De hecho, la mayoría de las ocasiones llegaron desde el balón parado con faltas botadas por Carlos Vicente y Carles Aleñá. Toni Martínez rompió la telaraña valenciana con un gran remate de cabeza pero que llegó desde una segunda acción que el Levante no supo defender bien. Aleñá, Vicente y Blanco también pudieron desnivelar la balanza antes del descanso. Los vitorianos lanzaban, compulsivamente, muchos rincones.

La escuadra granota creció claramente en la segunda mitad con un Iván Romero muy implicado. El Levante llegó con peligro a la meta de Sivera, empequeñeció al Glorioso y empató gracias a un gol de Toljan en el segundo palo. Luego llegaron los cambios, las pérdidas de tiempo, los problemas en forma de lesiones y la sensación de que se iban a repartir los puntos. Pero faltaba la acción fabulosa de Nahuel Tenaglia cuando el choque tocaba a su fin.

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