Athletic ATH
1
Mikel Jauregizar 47'
Girona GIR
1
Azz-Eddine Ounahi 8'
Finalizado
Athletic 1-Girona 1

Sin Nico no hay paraíso

El Athletic sigue atascado en este septiembre nefasto y el Girona aprovecha para ver algo de luz.

Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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El Athletic podía pedir que supriman la hoja de septiembre del calendario de este 2025. Agosto le dejó bendecido con un pleno de triunfos, pero este mes que alumbra el otoño se la tiene jurada. No hay manera de ganar. Mucho tiene que ver la baja de su joven mago Nico Williams. Sin él no hay paraíso, lo que se ha empadronado en San Mamés es la melancolía. se le echa de menos, tanto como a su hermano Iñaki, extraviado al parecer sin la sangre de su sangre. Desde el último parón, el equipo se ha metido en un hoyo y no sale de él.

Al menos esta vez sí sumó el plantel de Valverde algo potable. Por la cantidad de sus llegadas mereció algo más, pero es lo que hay. Metió intensidad y ritmo en el segundo tiempo, pero malgastó el primero. La gran incógnita es: ya que tuvo que cambiar el técnico el guion al descanso, ¿no habría sido mejor meter a los titulares de inicio para ablandar con más contundencia la moral del colista? El Girona, con unos brillantes 45 minutos iniciales, ya tiene un punto de apoyo sobre el que pensar en remontar posiciones en la clasificación. Un empate en un campo de Champions, ese torneazo que degustó el año pasado, sirve más como rearme moral que como catapulta para dispararse en la tabla, de hecho, sigue en la alcantarilla, pero algo es algo. “Ya veremos”, anda diciendo Míchel estos días como frase inspiradora, con la esperanza de un futuro más próspero. Pues, sí, empiezan a ver... luz al final del túnel. Las dudas se las traspasa a su rival, que no encuentra los focos de aquel fútbol entusiasta que le consolidó en el cuarto puesto en mayo.

La primera parte se la llevó un claro protagonista, que rasgó al Athletic de arriba abajo. En el Mundial de Qatar disputado en 2022, Marruecos dio la campanada eliminando a España en la tanda de penaltis. Avanzó hasta semifinales. Luis Enrique, por aquel entonces seleccionador español, quedó anonadado con Ounahi, un jugador que ha quedado estos años medio extraviado por equipos franceses y en el Panathinaikos griego. Lo fichó el Girona a última hora del mercado estival, un refuerzo invisible para muchos. Y resulta que se sacó una actuación terrible en San Mamés, un partido como una Catedral. Abrió su recital con una acción brillante que puso en bandeja un mano a mano de Vanat con Simón, pero el ucraniano perdonó. El Athletic que llevaba una tarde de absoluta precipitación, puso el juego en acción a toda velocidad, se equivocó Gorosabel en la salida y llegó encadenada otra gran acción del marroquí, esta vez tras un centro de Bryan cayéndose. Pegó a la pelota con un derechazo fantástico y la mandó a guardar en la escuadra. Su primer tanto en España. Se escucharon pitos en el estadio.

Ese fue el aperitivo, porque había tal boquete en el sistema defensivo de los locales que pusieron al 18 una alfombra roja, como la de ayer en el Balón de Oro. El colista Girona, que llevaba dos dianas en cinco compromisos este año, sumaba uno y rozaba otro en un par de ráfagas. Estaba muy armado atrás y cuando se estiraba, creaba mucho peligro. Y eso que tuvo que soportar el mazazo de una lesión en el tendón de Aquiles de Van de Beek, que un poco antes estuvo a punto de aprovechar una salida de Simón para superarle por arriba. Laporte, que se tuvo que comer los 90 minutos por la revolución con compañeros que no dieron la talla y fueron sustituidos, aún trata de ajustar su reloj con Paredes y es normal y que los centrales no gestionen bien los espacios. Los leones estaban empeñados en jugar por dentro, ante un rival con las líneas juntas, y se despeñaban en la toma de decisiones, confundían velocidad con precipitación. Sancet tuvo un par de remates sin postura y no consiguió pilotar el cuero hacia los tres palos.

Le horripilaba lo que veía a Valverde, que asistía aquel desaguisado desde el palco por estar sancionado. Su ausencia es un factor que también explica las anomalías de este equipo en el momento actual. Porque vaya tela castigarle con cuatro partidos por una protesta, como dice aquel con sorna, ¡ni que hubiese robado un niño! Así que, espantado con todo aquello, optó por algo que no recuerdan ni los más viejos del lugar: cuatro cambios en el descanso. Una bomba atómica. Movió la coctelera como si se hubiera descontrolado por diez ciclones. Cortó por lo sano en busca de un electroshock, como él mismo resumió. Metió en la trinchera a Areso, Yuri, Galarreta y Berenguer. Es decir, un poco de todo, un completo: dos laterales con recorrido, creatividad y desborde. Y no mudó los cinco reglamentarios porque siempre hay que dejar una baza por si hay lesiones.

Encontró intensidad, ideas frescas y verticalidad. Al fin tenían ritmos altos, encerraron al cuadro de Montilivi. Empataron los bilbaínos con un gol con la factura similar al 0-1. En la salida del juego, Bryan tiró un arriesgado pase horizontal que interceptó el ladrón insaciable Jauregizar, incombustible esta temporada y con ganas de jugar el Mundial. Metió un zapatazo desde la frontal similar al de Old Trafford en la semifinal de Europa League la pasada temporada. Tiene que intentar más esos gestos porque es un martillo. La Catedral despertaba del letargo, era la chispa, la puerta que se abría a la esperanza. Al fin un gol, tres partidos después.

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El Girona apenas podía sostenerse en el juego, le estaban encerrando en su parcela. Se sacó levemente el agobio en un contragolpe de Vanat, que se le fue muy larga tras regatear a Simón y se quedó sin ángulo a puerta vacía, aunque la acción fu anulada por fuera de juego. Míchel trataba de rebajar el suflé vasco porque se temía lo peor y encontró un grupo solidario, con pocas fisuras, que defendió con orden y coraje. El veterano Blind ofreció una clase magistral de colocación. Pero siguió acumulando méritos el Athletic: Paredes entró como un jabato en un córner y Berenguer tuvo un mano a mano con Gazzaniga, pero tiró al muñeco. Se resistía la remontada y se quedó en el limbo. Un empate que parece insuficiente para los dos equipos. Pero resulta un premio justo para ambos.

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Athletic
Girona

Cambios

Portu (32', Donny van de Beek), Alex Berenguer (45', Nico Serrano), Yuri Berchiche (45', Adama Boiro), Íñigo Ruíz de Galarreta (45', Mikel Vesga), Jesús Areso (45', Andoni Gorosabel), Yáser Asprilla (75', Jhon Solís), Arnau Martínez (75', Bryan Gil), Robert Navarro (80', Oihan Sancet), Cristhian Stuani (85', Vladyslav Vanat), Lancinet Kourouma (85', Hugo Rincón)

Goles

0-1, 8': Azz-Eddine Ounahi, 1-1, 47': Mikel Jauregizar

Tarjetas

Arbitro: José Luis Munuera Montero
Arbitro VAR: Carlos del Cerro Grande, David Gálvez Rascón
Azz-Eddine Ounahi (67',Amarilla), Iván Martín (90',Amarilla)

Clasificación
Clasificación PT PJ PG PE PP
4 11 6 3 2 1
5 10 6 2 4 0
6 10 6 3 1 2
7 10 6 3 1 2
8 9 6 2 3 1
Clasificación PT PJ PG PE PP
16 5 6 1 2 3
17 4 6 1 1 4
18 3 6 1 0 5
19 2 6 0 2 4
20 2 6 0 2 4
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