RFEF

Rubiales, acorralado: dimisión inmediata o inhabilitación dura

El Gobierno deja claro al presidente del RFEF que o actúa en consecuencia a la gravedad de sus actos durante la final del Mundial o el CSD lo hará.

Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, está acorralado. El beso no consentido que dio a Jenni Hermoso le ha puesto contra las cuerdas. El Gobierno le está dando la oportunidad de que sea él quien dé el siguiente paso para arreglar la situación y poner fin a una polémica que ya dura más de cinco días. Pero ese paso no puede ser un paripé. O la Federación actúa en consecuencias a la gravedad del incidente o lo hará la Ley con una sanción que apunta a ser ejemplarizante.

La Federación trató de zanjar la polémica del beso con un vídeo en el regreso de Sídney. El cual, en vez de apaciguar los ánimos, avivó la polémica. “Seguramente me he equivocado, tengo que disculparme, no queda otra”, afirmaba Rubiales. Esto no gustó nada en el Ejecutivo, que vio a un mandatario que aparentaba estar poco convencido en sus disculpas en un asunto de violencia sexual. Y así se lo hizo saber el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez: “Debe continuar dando pasos para aclarar lo que hemos visto. Ha habido algunos comportamientos inaceptables que manifiestan que en nuestro país queda mucho camino por recorrer en igualdad, respeto y equiparación de derechos de hombres y mujeres. Fue un gesto inaceptable”. Ese seguir dando pasos no será una mera pose. Ya no vale salir a pedir perdón y hacer un acto de redención ante los suyos en la Asamblea de este viernes. No sería suficiente ni para la opinión pública ni para los poderes políticos.

Ese es el mensaje que repiten incesantemente los miembros del Gobierno. Pero la Federación no es solo Rubiales y sus directivos, también lo son las federaciones territoriales, las cuales también pueden actuar. Los presidentes regionales tienen un gran poder sobre la RFEF. Estos el martes veían “injusto” el trato que estaba recibiendo el mandatario federativo, pero según han ido pasando los días, ese apoyo ha perdido robustez. Algunos han empezado a ponerse de perfil y aceptan que la situación de Rubiales es un imposible; mientras que hay otros que ya empiezan a darle la espalda públicamente. La Federación Vasca ha anunciado que no acudirá a la Asamblea de mañana y que se plantea dejar la Junta Directiva de la RFEF. Un revés para la Presidencia. Si más Territoriales le retiran su apoyo, empujarán a que Rubiales dimita.

Unas presiones sobre las territoriales derivadas de que desde el Ejecutivo tampoco estaban dispuestos a una sanción para salir del paso. Rubiales, que tiene la potestad de autoimponerse un castigo en la investigación interna que está haciendo la Federación, no podrá recurrir a la vía de sancionarse varios meses. Es más, se ha especulado que con ese camino Rubiales podría regatear una sanción mayor del TAD, pero según ha podido saber AS no sería así. El concepto ‘no bis in idem’ no se aplicaría, ya que la normativa estatal que aplica el CSD está por encima del reglamento interno de la RFEF.

Dos caminos

Con este escenario, el poder político enseña a Rubiales dos caminos: el de la dimisión inmediata o la inhabilitación ejemplarizante. El CSD esperará a la Asamblea, si es que se celebra, para ver cuál es el resultado de la misma y el del informe de la RFEF con los resultados de su investigación interna. Ese resultado, como ha apuntado Miquel Iceta, ministro de Deportes, “debe estar a la altura”. Quien ha sido muy claro: “No podemos mirar a otro lado. El Gobierno no lo va a hacer”. Si, aún así, Rubiales no da un paso firme y convincente, el CSD actuará. Tienen cuatro denuncias sobre la mesa (de Miguel Ángel Galán, Sumar, Liga F y AFE) y las estudiará para ver si se ha incumplido la Ley y se puede elevar hasta el TAD, quien podría inhabilitarle entre dos y quince años. La sanción ejemplarizante que se reclama.

Lo más visto

Más noticias