EURO 2024 (1/4) | ESPAÑA 2 - ALEMANIA 1

Mikel Merino emula a su padre en el banderín de Stuttgart: “Ha sido un subidón”

Hace 33 años marcó con Osasuna al Sttutgart y ahora el realista repite: “Fue un subidón terrible. Si escribimos el guion no podía salir tan bien”, comenta su progenitor.

TOBIAS SCHWARZAFP

Mikel Merino (Pamplona, 22/6/1996) anotó de un acrobático testarazo a centro de Dani Olmo el gol que clasificó a España para las semifinales de la Eurocopa ante la anfitriona Alemania en Stuttgart. Curiosamente, en el mismo estadio en el que su padre, Miguel Merino, de 57 años, ex además de Leganés, UD Las Palmas, Burgos y Celta, anotase hace 33 años en el 2-3 de Osasuna al Stuttgart en la Copa de la UEFA. Aquel día, el centrocampista rojillo lo celebró con alborozo rodeando al banderín de córner con los puños apretados. Mikel, con La Roja, repitió este viernes la misma pauta, sabedor de lo acontecido por su padre, yéndose como una centella hacia el banderín. Una motivación extra para marcar e imitar a su referente.

“Estoy bajando de la nube. Hasta que vi el remate dentro, no sabía que iba a ser gol. Fue un subidón terrible”, comenta Miguel Merino en El Larguero de la SER. “Los ojos llorosos, es tu hijo el que ha metido el gol y es imposible no emocionarte”, añade antes de que apagara el móvil al quedarse sin batería ante tantas felicitaciones. “Después del partidos después de que se duchan tenemos la posibilidad de estar con ellos y me ha dicho que ya habíamos hablado de ese gol. Si escribimos el guion no podía salir tan bien, cómo lo iba a pensar, es una casualidad terrible”.

Explica la plasticidad del gol del centrocampista de la Real: “Él tiene mucha facilidad para rematar de cabeza, consigue el equilibrio abriendo las piernas y estabilizando su tres superior para hacer fuerza, el escorzo que hace con el cuerpo es espectacular”, describe y valora el mérito de la acción. “Está al alcance de los futbolistas profesionales”. El resto de padres le felicitó efusivamente, aunque la madre de Oyarzabal tuvo una subida de tensión de la que se ha recuperado. ”Todo ha sido ideal, el gol, el momento, el minuto, todo ha sido muy bonito”, remarca Miguel Merino.

Aquel 5 de noviembre de 1991 en el Neckarstadion de Stuttgart sirvió para que Osasuna superara la eliminatoria ante el Stuttgart, entonces líder de la Bundesliga. El partido de ida disputado en el Sadar el 22 de octubre había acabado 0-0. Ahora, España se mide el martes en semifinales ante Francia, que derrotó a penaltis a Portugal. Miguel Merino esquiva pronunciarse sobre el futuro de su hijo, que negocia desde hace meses con la Real Sociedad su renovación de un contrato que concluye en junio de 2025: “No sé nada, Mikel que hasta después de la Eurocopa no va a comentar nada de su futuro”, desvía del interés de otros clubes como el Atlético. “Tiene familia en Madrid”, avisa.

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