ESPAÑA I QATAR 2022

Luis Enrique sigue sin renovar y Marcelino, sin firmar

La Federación respeta la decisión del técnico de no pronunciarse hasta después del Mundial. García-Toral ya ha rechazado varias ofertas.

Pasan los días y Luis Enrique sigue sin pronunciarse, sin dar la más mínima pista a la Federación (RFEF) de sus planes de futuro. Luis Rubiales y José Francisco Molina lo respetan, pero una vez que termine el periplo de España en Qatar, sea cual sea el resultado, le exigirán que se pronuncie de inmediato. En todo caso, Luis Enrique tendrá que renovar o marcharse. Pero el técnico que lleve a La Roja en la final four de la Liga de Naciones del próximo mes de junio será el elegido hasta el Mundial-2026.

Todo hace sospechar que Luis Enrique no seguirá, pero son palos de ciego. El hermetismo es total tanto en la Federación como en el entorno del entrenador. Pero las señales que envía el asturiano sí son algo más reveladoras. Luis Enrique evita pronunciarse al respecto en cada intervención en Twich y, lo más importante, algunos de los miembros de la Selección creen que “hace cosas que no haría un entrenador que va a seguir”. La gestión de los suplentes es una de ellas. “Alguno se va a quedar sin jugar un sólo minuto”, dijo hace unos días. Según fuentes federativas, “no hay necesidad de afirmar algo así en la fase de grupos, cuando aún no se sabe lo que pasará en el Campeonato”. Pero Luis Enrique, según qué cosas, es meridianamente claro. No tiene interés en esconder nada que no sea su propio futuro.

Esto que ven dentro, también lo ven fuera. Entre otros, los candidatos a sustituirle si, finalmente, se consuma su marcha. Marcelino García-Toral, el primero de ellos, ha rechazado varias ofertas de equipos de la Liga, y también una del Marsella francés. Eran ofertas económicamente superiores a lo que cobra Luis Enrique en la Federación, algo más de tres millones de euros. Pero en su caso pesa más el honor de ser seleccionador nacional que el dinero. De modo que, entre las señales que envían unos y las que envían otros, la RFEF se va haciendo su composición de lugar. Pero su paciencia tiene un límite: 48, 72 horas como máximo una vez termine el Mundial. A Luis Enrique se le acaba el tiempo.

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