El Divino Zamora y el único triunfo ‘oficial’ de España a Brasil

España sólo ha ganado en dos ocasiones a Brasil, la última en un amistoso en 1990. Pero la primera, y el único triunfo en un torneo oficial que ha logrado en seis enfrentamientos, fue en todo un Mundial y significó la primera gran gesta de la Selección. España se convirtió en el primer equipo de la historia en eliminar a Brasil (3-1) en eliminatoria directa en la historia de los Mundiales. Y muchos de sus jugadores pasaron a la historia como héroes, recibidos en España por una multitud. Una Selección con muchos nombres históricos de la historia del balompié español entre los que brilla quizá con más fuerza la de Ricardo Zamora, el histórico portero apodado El Divino.

El contexto es el siguiente: segundo Mundial de la historia, primero en el que participa una España que vive la Segunda República. En el antiguo Chamartín se había logrado una brillante clasificación para la Copa Mundial (incluida una goleada de escándalo a Portugal por 9-0 en Chamartín). La Copa Mundial la disputarían 16 selecciones en la Italia fascista. El sistema de competición era de eliminatoria directa, con cabezas de serie, y a España le tocó la temida Brasil en la primera ronda. “Un equipo formado por un escuadrón de fuego, con jugadores veloces como ciervos”, se destacaba en el semanario AS, antecesor de este medio.

Sin embargo, la selección brasileña no había podido conquistar el primer Mundial de Uruguay 1930, pero sí tenía ya dos títulos de Copa América en su historial. Antes de la disputa de esa segunda edición mundialista en Italia, una pugna entre el amateurismo y el profesionalismo en el fútbol mermó al equipo, que no pudo convocar a muchas de sus estrellas. Sí se llegó a un acuerdo con algunos referentes del momento como Tinoco o el gran Leónidas, que conformaban un equipo temible y en España se pronosticaba la derrota sin muchas opciones. Llegó el encuentro en Génova y España formó con ‘el Divino’ Zamora en portería (del Madrid, que en tiempos de la II República no se le denominaba Real), Ciriaco (Madrid), Quincoces (Madrid), Cilaurren (Athletic), Muguerza (Athletic), Marculeta (Donostia, nombre republicano de la Real Sociedad), Lafuente (Athletic), Iraragorri (Athletic), Lángara (Oviedo), Lecue (Real Betis) y Gorostiza (Athletic).

El encuentro, ante 21.000 espectadores que apoyaban a los brasileños en su mayoría, tuvo en su primer tiempo dominio español. Iraragorri, tras centro de Lafuente, y luego tras un penalti por mano, anotó un doblete. Lángara anotó el tercero antes del descanso. Un dominio que las crónicas de la época justifican porque cada llegada brasileña se encontraba con un imponente Ricardo Zamora, que desbarataba cada ocasión. La segunda parte fue de asedio brasileño, pero no desencajó al meta español, que sólo encajó un gol tras un disparo cercano de Leónidas.

La victoria fue vista en España como una gesta tremenda y aquel equipo, capaz de todo, el problema es que en cuartos de final tocó Italia, la anfitriona que con medio equipo de nacionalizados (de argentinos y algún brasileño) y las autoridades de Mussolini apretando al árbitro, el belga Louis Baert, no pudo pasar del empate ante España a pesar de emplear una enorme dureza. Italia logró el 1-1 por medio de Giuseppe Meazza en una jugada en la que hubo una falta flagrante a Zamora, a quien le rompieron dos costillas.

Al día siguiente, en el partido de desempate, el entonces seleccionador García Luco no pudo contar con siete titulares lesionados (Zamora acabó con dos costillas rotas) y acabó con diez tras la lesión de Crisanto Bosch (entonces no había cambios). Así Italia derrotó a España por 1-0 (gol otra vez de Meazza) en uno de los encuentros más polémicos que se recuerdan. Sin embargo, al volver a España, la entonces llamada ‘Furia Roja’ fue homenajeada y Zamora, elegido por la prensa como mejor portero del Mundial. Un mito que pudo frenar a Brasil en la única victoria ‘oficial’ que España ha logrado ante la ‘verdeamarela’ hasta la fecha. Desde entonces, España y Brasil se volvieron a ver las caras en el Mundial 1950 (6-1, en Maracaná), en el Mundial de 1962 (2-1), en el Mundial de 1978 (0-0), en México 1986 (1-0) y en la final de la Copa Confederaciones 2013 (3-0), todo con victorias brasileñas.

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