SELECCIÓN

El Castilla, Fábrica de... la Selección

Joselu se une a la lista de jugadores que llegan a La Roja tras pasar por el filial blanco. Alejandro Menéndez analiza aquella exitosa camada 2010-12 y a los delanteros a los que pulió en el Celta: Aspas, Borja Iglesias y el propio Joselu.

MACARIO MUÑOZDiarioAS

En el minuto 81, salió Morata y entró Joselu. Nuevos compañeros en la Selección, como ya lo fueron, una década atrás, en el Castilla. Ambos jugaron juntos por primera vez en 2010. El madrileño subía desde el Juvenil A y el gallego, nacido en Alemania, llegaba fichado del Celta. En aquel equipo, dirigido por Alejandro Menéndez, estaba también Nacho y muy pronto se hizo un hueco Carvajal. Los cuatro jugaron el sábado contra Noruega. Del Castilla a La Roja, cada uno por un camino.

El último en llegar a la Absoluta ha sido Joselu, debutante con doblete justo a dos días de cumplir los 33, a quien probablemente mejor conoce Menéndez. Lo tuvo en el Celta y luego en el Castilla. “Ya desde Juvenil en Vigo se veía que tenía que ser profesional. Destacaba muchísimo, era un 9 letal en balones laterales y por dentro. Marcaba muchísimos goles a un contacto. Tenía intuición, ese imán de los goleadores. Ha tardado, pero por fin ha llegado este premio”, recuerda el técnico.

“Destacaba mucho ya como juvenil; era letal, tenía ese imán de los goleadores”

Joselu

Joselu llegó en 2010 al Madrid como un prometedor goleador, pero se encontró con Morata, una de las joyas de la Fábrica. Menéndez rememora aquella competencia: “Eran dos muy buenos delanteros con características similares. Un problema cada domingo, bendito problema. No eran el mejor complemento, porque coincidían en zonas de remate. Aquel año, Morata fue más con el primer equipo hasta enero, cuando llegó Adebayor, y eso lo aprovechó Joselu. Le costó arrancar, adaptarse al cambio, pero el segundo año se hinchó a meter goles”. Para que ambos convivieran en el campo, Morata caía a la banda izquierda, aprovechando su movilidad. Juntos fueron decisivos para el ascenso a Segunda (2012), momento en que Joselu se fue a Alemania y separaron sus caminos... hasta esta llamada de la Selección.

En aquel Castilla 2010-12 estaban Nacho y Carvajal, titulares para la De la Fuente. “Cuando regresó Florentino, el plan era rejuvenecer el filial. Valdano quería Raúles. Costó aquella transición. El primer año (09-10) sí jugó Nacho y en el segundo subimos a Carvajal, Morata, Sarabia, Álex Fernández y Fran Sol, campeones de España con el Juvenil. Al reformar al equipo cogió galones Nacho. Era de mi confianza, lo conocía desde Cadete, aunque no jugaba siempre. Se hizo fuerte como lateral izquierdo. Él fue sobresaliendo desde pequeño, pero el saltó al paso superior le costaba. Distingue muy bien dónde puede destacar y dónde no, conoce sus virtudes y saca fruto de ello. Es muy inteligente. Siempre ha venido desde atrás, pero siempre ha llegado. Ahora es un superjugador”, analiza el técnico asturiano.

Carvajal, por su parte, tuvo una progresión “más lineal”: “Encontró una puerta abierta y la aprovechó. Siempre se supo manejar en los últimos 30 metros, con precisión, con esfuerzos de subir, llegar, bajar… Es un lateral de mucha calidad. Aquella foto poniendo la primera piedra de la Ciudad Deportiva con Di Stéfano se vio como algo premonitorio: ‘este va a llegar”.

“Distingue muy bien dónde destaca y dónde no, es muy inteligente. Ahora es un superjugador”

Nacho

El salto del Juvenil a Segunda B no fue fácil para ninguno, pero era el plan. “Había que potenciar a los chicos jóvenes y no tanto a otros que estaban más hechos. Se trataba de sembrar para luego recoger”. Entre aquellas joyas en las que invertir había más internacionales habituales, como Sarabia, fijo con Luis Enrique. “Y se acababa de ir Marcos Alonso, que lo habíamos subido en la 09-10. Este año había llegado Rodrigo Moreno al Juvenil y lo subimos en diciembre al Castilla. Nos faltaba gol e hizo 7 hasta abril, que paró por problemas en el pubis, y también salió traspasado. Con ellos dos y los juveniles que subieron, habría sido un equipo aún mejor”.

En aquellos años, además, era frecuente ver a canteranos en los entrenamientos y las convocatorias del primer equipo. “Tuvimos también mucha cercanía con Mourinho, y esos años subieron muchos chicos del filial (en la 10-11 Mou dio minutos a Nacho, Morata, Juan Carlos, Jesús, Mejías, Joselu, Álex, Juanfran, Mateos y Sarabia; y Casado, Mandi y Pacheco fueron convocados sin jugar)”, presume Menéndez: “Es un orgullo verlos ahora en la élite, es una recompensa”. De aquella camada, años después, también se ha aprovechado la Selección.

Menéndez pulió a los cuatro delanteros de España

“Mi trabajo es aportar ese granito de arena en ese momento de formación de estos jugadores y verlos convertidos en profesionales y jugadores de élite a muchos de ellos es un orgullo”, explica Alejandro Menéndez, que ha tenido éxitos en las canteras del Sporting, del Real Madrid y del Celta. Y por eso ahora conoce a un buen puñado de los jugadores que forman la Selección. No solo los cuatro castillistas, porque la delantera de La Roja tiene muchas pinceladas celestes: Aspas, Joselu y Borja Iglesias se criaron en la cantera viguesa. El Celta presume... y aún falta por unirse Gabri Veiga.

A Joselu, dicho está, lo conoció cuando era Juvenil en Vigo y se lo llevó al Real Madrid en 2010. En la 08-09 lo había hecho debutar en el Celta B y, uno año antes, Menéndez hizo lo mismo con Iago Aspas... pero con el primer equipo. “El Celta estaba en Segunda, pero con un equipazo. Y decidí apostar por él. Aún entonces era ‘el hermano de Jonathan’, que jugaba ya en Italia, en Piacenza. El filial había terminado la temporada hacía un par de semanas y él estaba sin competir. Vamos a Salamanca y él hace un primer tiempo espectacular. En el descanso íbamos 0-0, pero había sido el mejor. Tardó un año que jugar otra vez, y fue para salvar al Celta de caer a Segunda B”, relata el entrenador.

“Es un futbolista de la calle. En cualquier estadio y aunque cualquier rival hace lo que haría un niño"

Iago Aspas

Sus recuerdos de aquel Aspas son nítidos: “Iago es un futbolista de calle, se divertía con la pelota. Era capaz de salir en espacios reducidos, de escapar con un caño de tres rivales… Llamaba la atención. A su vez, no sentía presión. En cualquier estadio y aunque cualquier rival hace lo que haría un niño en la calle. También era muy desordenado y tuvimos que ser muy disciplinados con él. Recuerdo un partido en Lezama, rodeado de rivales, le apretaron y se escapó con un caño, abrió el balón y finalizó la jugada. Tengo un millón de recuerdos y ese es de los de ‘este chaval tiene que brillar por narices, tiene que ser futbolista”.

Tras ese breve paso como interino al final de la 2007-08, Menéndez regresó al filial. Allí coincidieron Aspas, con 21 años y habiendo jugado un día con los mayores, y Joselu, con 18. El equipo quedó 5º en Segunda B, a las puertas del playoff, y de nuevo el primer equipo, esta vez Eusebio, tiró de Iago para el esprint final con la amenaza del descenso: “Salvó al Celta. Fíjate, con una presión altísima, el club en una situación terminal. Y él sale a jugar al fútbol. Eso es Aspas. Es vocacional. Y encima tiene gol, hace mejores a los suyos… Es diferencial. Yo sí creo que ha merecido ser un futbolista con continuidad en la Selección”.

“Era un jugador que parecía que sí, pero iba a ser que no y luego lo contrario”

Borja Iglesias

Menéndez se marchó al Real Madrid, pero en 2015 regresó a la cantera del Celta. Allí estaba otro prometedor delantero en el que se tenían puestas muchas esperanzas en Vigo: Borja Iglesias. “Era algo mayor, tenía 22 años, y estaba un poco de capa caída. Cuando llego en febrero, él llevaba solo 6 goles. Corría el riesgo de acabar mal la temporada y, con esa edad, tener que salir ya, quizá a otro Segunda B. En los primeros partidos le digo que no lo veo para jugar, pero que si es esfuerza se hará con el sitio. Le reté a que tenía que marcar otros 6 en esos tres meses. Empezamos a trabajar con él pequeñas cosas, como el juego de espaldas que ahora domina tan bien, y a alimentarlo de confianza. Y arrancó”, reconoce el gijonés.

Aquel final de curso fue el punto de inflexión para Borja Iglesias, que pronto pasó a ser El Panda. Su sobrenombre viene de aquella 2016-17 en Segunda B. “Hizo los 6 goles que le dije y el equipo se salvó. Y en el siguiente curso explotó y pasó a ser el líder del Panda Team, el Panda que es hoy, con 34 goles en 39 partidos. La evolución de Borja fue sorprendente. Era un jugador que parecía que sí, pero iba a ser que no y luego lo contrario. Se lo ganó él. Llega tarde al fútbol profesional (con 24 ficha por el Zaragoza), pero hace un carrerón”. Años después, la primera lista de De la Fuente con la Absoluta reúne a cuatro delanteros que han pasado por la pizarra de Menéndez. Aspas, Joselu, Morata y Borja Iglesias, en ese orden.