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El andamio vacío y la grada llena

Miles de personas acuden al primer entrenamiento de España bajo la batuta de De la Fuente y llenan hasta la bandera las gradas de la Ciudad del Fútbol. El único hueco libre, el mirador de Luis Enrique.

@SEFutbol

Es incomprensible que la Federación (RFEF) le consintiera a Luis Enrique tener tres años a la Selección a puerta cerrada, como si fuera algo de su propiedad. El asturiano hizo de Las Rozas su cortijo y eso alejó a la afición. Pero con De la Fuente la cosa ha cambiado. Han vuelto el público y la alegría. Miles de personas, en su mayoría jóvenes y niños, llenaron hasta la bandera las gradas de la Ciudad del Fútbol, con un comportamiento excepcional, por cierto. El único sitio libre era el andamio de Luis Enrique, desierto, que quedó como testigo mudo, como los restos de la estatua de La Libertad en ‘El planeta de los simios’.

El lunar en una tarde memorable en la que el pueblo recuperó, por fin, el sitio que nunca debió perder fueron las quinientas personas que se perdieron parte de la fiesta porque la seguridad privada de la RFEF decidió que el aforo estaba completo. Por suerte, el jefe de la Guardia Civil de Las Rozas, más abierto de espíritu y entendimiento, se hizo cargo del asunto y permitió la entrada de otros trescientos niños que se habían quedado ‘cortados’ en las puertas del recinto. Luego, llegaron órdenes de arriba, sensatas y coherentes, por parte de los directivos de la RFEF, y terminaron de entrar todos los demás, otros doscientos pequeños a los que la Federación hizo felices. Igualmente, la RFEF, en un acto imposible en los años de Lucho, permitió a una treintena de alumnos de Julio Pulido en la ‘Universidad Villanueva’ hacer prácticas de periodismo en la zona de prensa.

Eso, la fusión de la gente con el equipo, fue lo mejor de la tarde. Porque por lo demás, los únicos que se entrenaron de verdad fueron los guardametas. Miguel Ángel España, nuevo preparador de porteros de la Selección, les metió una buena paliza. Kepa, Raya y Robert Sánchez respondieron de forma sobresaliente. Fue un espectáculo. Desde luego, en la portería habrá competencia. En el entrenamiento se vio que los tres quieren la titularidad y que se lo van a poner difícil a De la Fuente.

El resto de los futbolistas hicieron un entrenamiento de recuperación típico. O sea, poquito. Una carrerita por aquí y otra por allá y un par de estiramientos. Y Gavi y Balde, ni eso. Porque ambos empezaron fuera del grupo y, aunque terminaron con los demás, la carrerita no se la pegaron. Pero era lo esperado. Los internacionales venían de una jornada de Liga dura, con un Clásico intenso como partido de la jornada, y no era plan de meterles más tute. Además, el propósito de ayer no era correr, saltar y echar un partidillo. El propósito era recuperar la Selección para la gente. Y eso lo consiguieron de sobra De la Fuente y la RFEF.

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