Weissman, de ilusión a desaparecido

Shon Weissman llegó a Granada como una estrella. Ese jugador diferencial que venía a dar al equipo lo que más se le reclamaba: un nueve con gol. “Nos faltaba poner la guinda”, decía el director deportivo granadino Nico Rodríguez en su presentación. Sin embargo, a pesar de su gran debut, el israelí no ha terminado de encajar con sus compañeros, que apenas le encuentran. Sólo un gol en nueve partidos, menos de un remate por encuentro y los dos últimos duelos vistos desde el banquillo y sin minutos. Weissman llegó para dar un salto de calidad al equipo, pero en las últimas jornadas ha desaparecido.

“Vengo con mucha hambre”, reveló el hebreo el pasado 2 de febrero, cuando fue presentado como jugador rojiblanco. Con un gran cartel y siendo uno de los nueves más codiciados de Segunda, Weissman aterrizó en la Ciudad de la Alhambra para dar ese salto de calidad al ataque que ya contaba con muchos kilares con Uzuni, Callejón, Molina, Puertas o Perea. Y cayó de pie. Porque en su primer partido prácticamente en el primer balón que tocaba marcó el 0-1 en Vila-real para que el Granada consiguiera, por fin, ganar fuera gracias también al tanto de Uzuni, su compañero de ataque. Han pasado más de dos meses y diez partidos desde entonces y el israelí no ha vuelto a ver puerta.

Es más, en esos nueve partidos disputados (no salió en los dos últimos), sólo ha completado ocho remates, ni uno por partido. Y es que parece que el israelí no acaba de encajar con sus compañeros que apenas le encuentran a la hora de ataque. Y eso que es un nueve puro, de esos que rematan prácticamente todo lo que les llega. Su sociedad con Uzuni aún no funciona, tampoco con Callejón ni Melendo, los que teóricamente le tienen que surtir de balones y se nota. Y no será porque el israelí no lo intenta en cada partido...

En el banquillo

Tanto es así que, aunque llegó y salió de inicio, ha desaparecido en las últimas jornadas. De hecho, Shon suele ser uno de los primeros cambios desde su fichaje. Sólo ha completado un partido, contra el Málaga, mientras que en otro salió desde el banquillo, frente a la Ponferradina tras la grave lesión de Jorge Molina. Tiene una media de 69 minutos por partido. Sólo en una ocasión, contra el Oviedo, se quedó fuera de la lista al estar con su selección, mientras que contra Las Palmas y el Racing esperó su oportunidad en el banquillo, aunque esta no llegó.

Contra Las Palmas, Paco explicó su decisión de poner a Puertas de inicio: “Puertas puede jugar de infinidad de posiciones, conmigo ha jugado de medio centro, lateral, delantero, centrocampista por la derecha… Nos daba la posibilidad de cambiar la estructura y además de la velocidad, disputa, juego aéreo...”, mientras que en Santander el delantero venía de ser padre y viajar a Israel. Atenuantes para su suplencia. Quedan cinco finales y el Granada necesita al mejor Weissman, que aún están por llegar...