El Unicaja asalta el Palau y supera al Real Madrid

El Unicaja quiere acabar primero la fase regular y el equipo de Ibon Navarro cumplió con nota con su cometido. La ayuda posterior del Valencia Basket le permite depender de sí mismo para lograrlo: si gana al Zunder Palencia en la última jornada acabará primero y también le vale una derrota madridista ante el Baskonia. Este viernes se impuso un Barça débil, cansado, frágil, que genera dudas en demasiadas posiciones y con minutos donde la defensa brilló por su ausencia. Tras una salida excelente se fueron desdibujando atrás a medida que pasaron los minutos, encajando demasiado en el último tramo de partido. Demasiado y demasiado fácil, con tiros liberados y triangulaciones de un Unicaja que jugó a placer y demostró por qué le estaba peleando el liderato al Real Madrid. El Barça echó de menos otra vez a sus figuras, como Laprovittola, Vesely o Kalinic, mientras que Ricky, Brizuela y Parker fueron quienes mejor rendimiento ofrecieron. El partido se decidió en las dos últimas posesiones, pero la sensación que quedó fue la de un Unicaja que va hacia arriba y un Barça que corre el riesgo de acabar mal, o muy mal, la temporada.

El partido que planteó Unicaja, al menos al inicio, fue una bendición para el Barça. Con un nivel físico asumible para un equipo que no ha parado de jugar partidos en los últimos 20 días, los azulgranas se sintieron muy cómodos en el arranque. Especialmente Jabari Parker y Brizuela, inédito ante Olympiacos, que martirizaron a los malagueños. Negados en el tiro, vieron como los triples del vasco y los puntos del norteamericano dispararon la ventaja (15-2).

Poco a poco, paso a paso, Unicaja fue igualando los porcentajes y contestando al Barça desde el perímetro. Con un Vesely no muy fino, algo que desgraciadamente para Grimau ya no es noticia, los locales desperdiciaron alguna posesión que pudo ser clave para poner tierra de por medio (27-20). Porque un partido abierto, rápido, le viene bien al Barça, pero también a Unicaja. Y a la que empezaron a entonarse, especialmente Tyler y Carter, rápidamente evaporaron la ventaja. Entraron en un intercambio de golpes vistoso, amable para el espectador, en el que anotaron prácticamente todos los jugadores visitantes. Del lado azulgrana nadie recogió el testigo de Parker, llegando al descanso ya muy igualados (47-44).

Ya fuera por jugar contra su antiguo equipo, ya fuera porque no disputó ni un minuto el miércoles, la actuación de Brizuela fue sobresaliente. Sin fallo en los primeros cuatro triples, engordó sus números y los del Barça. Pero no perdió fuelle Unicaja. Aguantaron el ritmo de los azulgranas, aprovechando cualquier rendija en la defensa local. Especialmente con Willy en pista, mucho más blando y lento que Vesely. Los tiros libres, un problema para el Barça esta temporada, le dieron sin embargo un buen rendimiento frente a los malagueños (66-67).

Corría el Barça el riesgo de que se le hiciera largo el partido. Por el cansancio, obviamente, pero también por las sensaciones. Unicaja estaba consiguiendo canastas demasiado fáciles, triangulando sin casi oposición, jugando a placer en ataque. Buenos minutos de Lima, algo de Abrines, en un último cuarto otra vez muy parejo (79-79). Con Parker otra vez en pista, el mejor azulgrana junto a Ricky, Grimau lo volvió a fiar todo a sus hombres de confianza. Cogieron aire (85-81 a tres del final), pero no sirvió de nada. Se llegó al final empatados y mientras Perry no perdonó en la posesión definitiva, la defensa malagueña colapsó sobre Parker para evitar la canasta ganadora.

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