Real Oviedo

Una victoria diferente para acabar con el gafe del Real Oviedo en los inicios de Liga

El Oviedo se impuso en Riazor con solo el 36% de la posesión, algo a lo que no estaba habituado en los últimos tiempos. El papel de Cazorla, clave en la segunda mitad.

Jesus Sancho (Sanchofoto)Diario as

La llegada de Javi Calleja se cerró, en palabras de los dirigentes del Oviedo, para tratar de dar continuidad al proyecto que Luis Carrión había encabezado el pasado curso y que dejo tan cerca a los azules de la Primera División, cancelado el sueño solo en la final por el ascenso ante el Espanyol. También Calleja dijo que trataría de actuar en una línea de actuación similar. Pero el primer partido de la competición mostró a un Oviedo diferente al que se había visto en los últimos meses. Uno al que no le importó ceder la posesión al rival pero que defendió con entereza las acometidas de un Deportivo empujado por los suyos. Los tres puntos “saben a gloria”, como explicó el propio Calleja al final del choque, pero también deja el partido algunas áreas a mejorar si el Oviedo quiere aspirar a todo esta temporada.

Lo del buen sabor de boca tiene su lógica si se mira a los precedentes de años anteriores en la jornada inaugural. Desde el regreso al fútbol profesional en 2015, el Oviedo nunca se había impuesto en la primera jornada de Liga. Ampliando el análisis de los estrenos, hay que remontarse 25 años para encontrar un primer choque con victoria dentro del fútbol profesional. Normal que la victoria haya sido especialmente celebrada por la parroquia carbayona.

Pero Calleja, con espíritu crítico, no se queda solo en los tres puntos conquistados. Quiere más. “El gol que hacemos tan temprano influyó en cómo nos comportamos: nos ponemos por delante y el equipo pensó que tenía que defender el resultado. Y ahí nos olvidamos de una arte importante, el balón. Tenemos que mejorar mucho en esa faceta. Partidos como este da gusto ganarlos, hicimos muchas cosas bien sin balón. Pero para tener la iniciativa en los partidos hay que tenerla”, indicó el entrenador al terminar el choque.

Los datos avalan su tesis, pues el Oviedo solo tuvo la posesión el 36% del tiempo, lo que habla de la superioridad con balón del Deportivo en este aspecto. Una superioridad que, sin embargo, tampoco se tradujo en un aluvión de llegadas y oportunidades de los locales, porque aunque no fuera en su versión más brillante, el Oviedo sí defendió con solidez durante todo el encuentro.

El papel de Cazorla

El Oviedo sufrió al inicio de la segunda mitad, pero todo se calmó a partir del minutos 60. Casualidad o no (más bien no lo parece) coincide que los azules mejoran con la entrada al terreno de juego de Santi Cazorla. El veterano futbolista, 39 años, dio otra lección de cómo marcar el tempo de los partidos, haciéndose con la batuta en cada posesión de los de Calleja. Reducida su aportación a esos 30 minutos finales, pero con capacidad para dejar su sello, en especial con una espectacular asistencia que el rumano Paraschiv no pudo convertir en gol. El internacional se ha pasado toda la pretemporada trabajando al margen del grupo, completando una particular pretemporada tras los problemas físicos que atravesó al final de la pasada temporada, y ahora irá poco a poco integrándose y aportando al equipo de Calleja. De momento, en el primer triunfo tuvo un papel más que importante para que su defensa no pasara más apuros.

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