Un puntazo... para lo que mereció el Pucela en Elche

“Puntazo”, dijo Pezzolano. Y viendo lo que vimos en Elche, no me extraña que lo valore así. El problema es que el Real Valladolid se haya abonado a este tipo de partidos y destaquemos que, después de no ganar en los últimos tres encuentros, el empate es algo positivo. Ante un recién descendido, sí, pero más tierno de cara a la portería que un niño de Primaria. Dominaron los jugadores blanquivioletas la primera parte, sin tirar a portería, y sufrieron, tampoco mucho, en la segunda. Masip salvó el “puntazo” con una gran parada a Donald y así va pasando la vida. Otra jornada más fuera de promoción.

Entre los mensajes que me llegaban durante el partido, tengo que confesar que algunos me decían que sumar un punto con ese juego era contraproducente, malo para el Real Valladolid. Yo, que siempre quiero que los que llevan la blanquivioleta ganen, no lo comparto, pero les entiendo. Porque el mensaje a futuro será que se ha cortado la racha de derrotas y así, de mediar otro partido sin ganar ante el Racing, no se sumará a una derrota en el Martínez Valero. Pan para hoy y hambre para mañana. Que desesperanza tiene parte de la afición del Pucela para desear que su equipo pierda con la esperanza de que el club reaccione.

Demasiado poco. Demasiado pobre. En un club donde parece más importante que los jugadores lleguen puntuales y coman como deben, cuestiones que se les presupone, que de jugar al fútbol el futuro pinta feo. Hace muchas jornadas, para mí toda la Liga, que no sé a qué juega el equipo, pero, al menos, a base de presionar, de meter al rival en campo contrario, de empujar y tirando de calidad, el Pucela ganaba en las segunda partes. Ahora no tiene ni eso. Confieso que no sé cuál es el plan, el estilo de juego de Pezzolano, pero seguramente será por mi ignorancia.

Porque el Real Valladolid hoy carece de profundidad, pero tampoco se asocia. Los laterales no llegan a la línea de fondo, pero tampoco ponen centros desde segunda altura. El equipo juega cojo, sólo por la banda derecha, la izquierda, apenas para apoyar. Iván Sánchez hace la guerra solo, Sylla está, directamente, solo, y el resto están, pero... Como será la cosa que hasta Juric empieza a pasar desapercibido. Mal asunto que un jugador de esa talla no destaque en un partido tan plano, en un equipo que parece desfondado y en barrena.

Y no todo el chaparrón puede caer sobre Pezzolano. El club tiene la obligación de acertar en el mercado de invierno y, después, revisar su plan general deportivo para el club. El primer equipo contaba con 21 jugadores, aunque Malsa es un descarte y Javi Sánchez venía lesionado desde la temporada pasada. A ello se suma la baja de Marcos André y las típicas molestias de jugadores o sanciones que suponen bajas habituales y normales. Plantilla cortísima, con posiciones no dobladas y fallos evidentes “made in Paulo André”. La respuesta rápida es que hay que contar con los de abajo y “adelantar procesos” en la cantera. Otro error, quizás mayor. Como decía Ramón Martínez en entrevista con As, los jugadores se adelantan solos, pero no se puede hacer por sistema. Y así, pese a tener muchos internacionales, ni el Promesas, ni los juveniles, ni los cadetes están haciendo buenas temporadas porque se está desnaturalizando la evolución de los chicos. ¿Quién responde a esto? No todos los años va a salir una operación como la de Fresneda.

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