Un Mirandés muy acertado golea en La Cerámica

Victoria justa, aunque abultada, para un Mirandés que ganó mucho más fácil de los esperado en Vila-real. Los locales intentar dominar el juego, pero no encontraron mordiente arriba con lo que generar un poco peligro. El Mirandés, por su parte, demostró la calidad de sus jugadores, aprovechando casi todas las opciones de gol que generaron en estadio de La Cerámica.

Acabó con ventaja la primera parte para un Mirandés, que aguantó la primera media hora y, que empezó a buscar la portería rival en los últimos 15 minutos. Tras un control y dominio inicial de los locales, pero sin llegadas claras a gol. Tan solo un remate de Dani Requena al cuarto de hora, que no puedo dirigir entre los tres palos, cuando parecía lo más fácil. El Villarreal tuvo una pelota y llegó a la frontal del área, pero inquieto poco la portería rival. Mientras que el Mirandés esperaba agazapado su oportunidad, y que los locales empezaran a descompensarse.

Fue ya en el último cuarto de hora, cuando los de Alessio Lisci comenzaron a tener la pelota mucho más y a dominar el juego, lo que equilibraba el encuentro. En una de esas jugadas de calidad por la banda izquierda, un muy buen centro de Gabri Martínez, era rematado muy libre de marca por Ilyas Chaira a la red, en el primer remate del Mirandés entre los tres palos. Una primera parte que acabó con la mala noticia de la lesión de Miguel Baeza, que con problemas en su rodilla derecha tuvo que abandonar el terreno visiblemente afectado.

Los segundos cuarenta y cinco minutos arrancaron como había finalizado la primera parte, ya que el dominio del Villarreal no llegaba a generar peligro, mientras que el Mirandés con muy poco encontraba a los quince minutos el segundo gol. Un balón muerto dentro del área, que otra vez Chaira logró conectar superando a Iker Alvarez por arriba.

El segundo tanto ya hizo dudar a los castellonenses, que sufrieron un par de contras claras que pudieron ser el gol definitivo. Se llegó así a la recta final del partido, en el que el Mirandés intentó esconder y controlar el balón, lo que dificultaba la reacción local. Si ya habían perdonado los visitantes con anterioridad en dos contras, no lo hizo Gabri Martínez, que con un golazo amplió la distancia a los setenta minutos. El Villarreal ya se mostró inoperante y desesperado, para como mínimo recortar distancias en el marcador.

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