Un millar de aficionados se manifiestan pidiendo “respeto”
Antes del duelo entre el Granada y el Mirandés alrededor de mil personas se concentraron y leyeron un manifiesto contra la directiva.
Cerca de un millar de personas según fuentes policiales acudieron a la llamada de la plataforma Unión Granadinista para pedir “respeto” par los aficionados y un club casi centenario que está pasando por un momento complicado tras el descenso de hace dos cursos y la falta de recursos para poder confeccionar una plantilla que pueda afrontar el asalto a Primera.
Pero no sólo en lo deportivo hay problemas. La fractura con la afición ha llevado a un punto en el que la afición se ha movilizado con la creación de la plataforma que organizó la manifestación en los aledaños de Los Cármenes. Con una buena acogida y respeto al club y sus dirigentes, sin insultos, realizaron una protesta pacífica en la que se leyó un manifiesto por parte de varios aficionados que representaron a diferentes asociaciones.
Manifiesto completo:
El Granada Club de Fútbol atraviesa una de las etapas más críticas de su historia reciente. Como aficionados, abonados y ciudadanos comprometidos con los colores rojiblancos, no podemos permanecer en silencio ante el abandono institucional, la crisis económica y la falta de proyecto deportivo que asfixian a nuestra entidad.
La dirección actual del club ha demostrado una alarmante dejación de funciones. La falta de transparencia en las cuentas, la ausencia de un plan deportivo estable y la nula representatividad hacia la afición dibujan un panorama desolador. El Granada se encuentra atrapado en una espiral de improvisación y parálisis que amenaza su futuro inmediato. El club ha estado sufriendo una planificación deportiva imprudente durante las últimas temporadas y se ve obligado a desprenderse de jugadores para cuadrar cuentas. La planificación deportiva está supeditada a la necesidad de vender y reducir masa salarial, reflejo de una gestión errática que pone en riesgo la competitividad y la propia supervivencia de la institución. Los síntomas son claros: el Granada agoniza económicamente mientras la directiva guarda silencio.
Mientras tanto, el Estadio de Los Cármenes, al que su apelativo de Nuevo le ha quedado ya grande, presenta un estado lamentable: baños cerrados o a oscuras, filtraciones, asientos deteriorados y presencia de excrementos de palomas. Las gradas provisionales se eternizan y los vinilos que decoran su entrada están quemados y desgastados. Cuando llueve, el estadio se convierte en un peligro real para quienes acuden a disfrutar del fútbol. Treinta años después de su inauguración, el estadio sigue vetusto, desfasado y sin inversiones serias que garanticen seguridad y dignidad.
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