Un camino cuesta arriba

Este inicio de liga se le está poniendo muy cuesta arriba al Eibar. Los armeros encadenaron el pasado domingo su tercera derrota en cuatro jornadas y su segunda consecutiva. Además lo hicieron en su casa, Ipurua, que siendo un fortín para los armeros otros años, lo dejó de ser en el final de la pasada campaña y tampoco parece garantizar la victoria en esta. A pesar de irse de Ipurua con las manos vacías, lo cierto es que el equipo de Joseba Etxeberria no firmó un partido tan malo y en la primera parte fue dueño de la posesión del balón, generando ocasiones que, eso sí, no eran demasiado peligrosas. Al final del encuentro, el malestar era palpable en Ipurua. La afición dejó constancia de su enfado. Son 3 puntos de 12 posibles los que ha cosechado el Eibar en este arranque liguero. Ello, sumado a que no llegó nadie en el cierre de mercado, a pesar de las salidas, complica la situación a los azulgranas. Etxeberria y Arbilla quisieron subir la moral tras el partido, ambos se mostraron confiantes y prometieron trabajo para reconducir lo antes posible la dirección. Eso sí, la cuesta del inicio de liga es más empinada que nunca para el Eibar.

“Hemos hecho una primera mitad muy muy buena. Hemos visto a un equipo fuerte en defensa, un equipo serio, correctos en las vigilancias, queríamos encontrar profundamente y lo hemos hecho con Yanis, Tejero y Corpas, hemos tenido remates dentro del área también,... No hemos metido gol pero nuestra primera parte ha sido muy buena. Es verdad que en una contra nos han cogido en un fallo hacia atrás y nos han marcado. Aún así sacamos muchas cosas positivas de hoy”, analizó Anaitz Arbilla en rueda de prensa. El capitán del Eibar no mentía, el equipo armero cuajó unos muy buenos primeros 45 minutos en los que fue dueño del balón y comenzó desde bien temprano a hacer daño al Leganés a través, sobre todo, de la banda izquierda. Sin embargo, pasaban los minutos y el que hizo meritos para llevarse el premio fue el Leganés. Franquesa aprovechó un error en la zaga armera para cabalgar en solitario y sin que nadie le molestara hasta el área de Zidane, donde encontró a Chicco en el segundo palo para hacer el primer y único tanto que dio la victoria al Leganés. Después, al Eibar se le volvió a nublar la vista y el equipo fue incapaz de ser ofensivo. Un equipo sin capacidad para ser peligroso, sin nadie desequilibrante, hasta la entrada de Soriano. Una derrota más en cuatro partidos y ya es la tercera. 3 puntos de 12 posibles. Una cuesta arriba para un Eibar que aunque quiere, no termina de carburar. “No vamos a crear drama, porque no hay ningún drama aquí. Es la cuarta jornada y aunque sabemos que hemos perdido 3 de 4 partidos, creo que el equipo es fuerte. Vamos todos a una, no sabemos y no entendemos funcionar diferente. Esto es un pueblo, sabemos de dónde venimos y a dónde vamos y el objetivo está ahí. Tenemos que estar más unidos que nunca y a partir de este lunes comenzar una nueva semana con ganas. No hay más misterio”, defendía el capitán Arbilla. Lo cierto es que tras el pitido final, las gradas de Ipurua no escondieron su malestar tras la derrota en una semana ya caliente de por sí por un cierre de mercado sin llegadas y con bastantes salidas. Arbilla insistió en pedir unidad, alegó que aún queda mucho y prometió trabajo para dar la vuelta a la situación: “Es comprensible. Han sido dos años buenos, con finales amargos, y ahora estamos recibiendo varios golpes. Sabíamos que podía pasar y ha pasado, pero todavía queda mucho. Solo hay una forma de afrontar esto y es estando más unidos que nunca, lo pido por favor. Por nuestra parte, tenemos que seguir trabajando con fuerzas y en este camino, porque el equipo está fuerte. Sabemos que para estar contentos se necesitan victorias y hay que seguir trabajando desde ya. Toca apretar los dientes y mirar hacia delante”.

La de esta semana es otra prueba de fuego para los armeros. Toca visitar a Burgos, un feudo complicado pero en el que el año pasado se consiguió remontar de forma épica. Conseguir un buen resultado sería una píldora para empezar a remediar el dolor de cabeza. Otra derrota, sumergiría aún más al Eibar en este espiral tormentoso de inicio de liga.