Todo lo que necesita recuperar el Deportivo en El Sardinero

El Deportivo es segundo clasificado y se encuentra en posición de ascenso directo. Un envidiable arranque de Liga, pero que en las últimas jornadas está transmitiendo ciertas señales de fragilidad. Después de mostrar cierta debilidad en los tramos finales de los partidos ante Eibar y Almería, la visita del pasado fin de semana a Málaga desnudó a los de Hidalgo, que encajaron un contundente 3-0. Fue la primera derrota de la temporada, la pérdida del liderato y la actuación más floja en esta Liga.

Desde el vestuario se insiste en que La Rosaleda fue un mal día en la oficina y hay una firme determinación para comenzar a revertirlo en Santander. Para ello, los blanquiazules tendrán que recuperar la cara de las seis primeras jornadas, muy alejada de los últimos tres encuentros en la que sumaron dos puntos de nueve frente a los 14 de 18 iniciales. Lo que más preocupa es la seguridad defensiva, con cinco goles recibidos (1,66 por partido) contra los cuatro de las seis primeras jornadas (0,66) con tres porterías a cero.

Al margen de la puntería de los rivales, los de Hidalgo han concedido bastante más en los últimos partidos que en el primer tramo de Liga. Si en las seis primeras jornadas la media de remates recibidos era de 10,3, en las últimas tres se ha elevado hasta los 17,6. El día de mayor asedio fue el de Ipurua, en el que los coruñeses vieron como el Eibar llegaba a rematar en 23 ocasiones. En ese partido sólo se encajó un gol y fue en el descuento, aunque para que ello fuese posible Germán Parreño firmó una actuación de récord.

Si la solvencia defensiva ha bajado de modo notable, la eficacia ofensiva lo ha hecho en una proporción incluso mayor. Los blanquiazules marcaron 15 goles en las seis primeras jornadas ligueras, lo que arrojaba una interesantísima media de 2,5 tantos por encuentro. En los últimos tres tan sólo han sido capaces de anotar dos (0,66). Ambos llevaron la firma de Yeremay, que vio puerta ante el Eibar (1-1) de penalti y repitió la semana siguiente con un golazo de bandera frente al Almería (1-1). A pesar de este bajón, la preocupación ofensiva es menor porque hasta en sus peores día el Depor ha sido capaz de generar cinco o seis ocasiones claras de gol.

Más allá de los números, que son elocuentes, el reto de Hidalgo es recuperar el equilibrio, la solvencia que demostró el equipo en el arranque de Liga y mejorar pequeños detalles que han dejado de funcionar como un reloj. Si en la primera fase de competición el técnico deportivista lograba variar los partidos con diversos matices tácticos, incluidos cambios de sistema, en los últimos duelos han sido los rivales los que dieron con la tecla con el partido en macha (Eibar y Almería) o durante casi todo el duelo (Málaga). La incidencia de los cambios, enorme en el inicio, ha ido bajando de forma notable. La buena noticia para Hidalgo es que para visitar al Racing recupera a una pieza básica en su ataque (Mella) y dos de importancia para su defensa (Quagliata y Noubi).

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