Toda la presión para Paco López

La derrota del Leganés el pasado sábado ante la Real Sociedad B (2-1) ha dejado especialmente tocada la figura de Paco López, su entrenador. No sólo por los resultados de un equipo con ambiciones de ascenso que no termina de despegar, sino también por las formas, con una muy mala parte, quizá la peor de toda la temporada. El discurso del día a día como objetivo del técnico valenciano empieza a dejar paso a las urgencias por puntuar y la percepción de que, lejos de mejorar, el equipo empeora. Los asideros para el preparador cada vez son menos.

Por ahora el club insiste en un modelo de continuidad que apunta en doble dirección. Blue Crow Sports (BCS), dueños del Leganés, siempre ha enarbolado la confianza sobre sus entrenadores por encima de todas las cosas. Ocurre que, por debajo, siempre han emergido elementos que han sostenido esa apuesta, aunque por motivos diferentes: desde la ausencia de recambios, hasta los inconvenientes económicos de finiquitar un entrenador y firmar otro nuevo. Todo cuenta en la estrategia deportiva de BCS, siempre condicionada por lo financiero y el anhelo de no gastar más de la cuenta.

Continuidad... por ahora

El caso es que, por ahora (salvo sorpresa) todo apunta a que Paco López no pagará con su cargo los deslices de las dos últimas derrotas, pero lo cierto es que la presión se redoblará sobre el técnico, con un plebiscito constante en las próximas jornadas en busca de una recuperación que tendría que ser milagrosa para colocar al equipo en el corto plazo en la zona donde BCS ha situado el listón de la exigencia: en el ascenso sí o sí a Primera tras caer el curso pasado de la élite.

“Sigo teniendo la misma sensación de confianza y de que estamos todos empujando en la misma dirección. (…) Con Andrés Pardo, que convive con nosotros a diario y está en el despacho de al lado, tengo más comunicación por la relación diaria. Pero con todos noto lo mismo: unidad, apoyo, confianza. Y eso es un valor añadido de este club. No pasa siempre. Y es lo que trato de transmitir también a la plantilla: insistir y persistir en el trabajo, porque estoy convencido de que todo va a salir bien”, decía el técnico en la previa de la visita a San Sebastián, ya cuestionado por su futuro.

Decisiones en duda

En el entorno del Leganés las dudas se acrecientan. No ayudó la gestión del equipo ante la Real B, con un once llamativo en el que las modificaciones de inicio no dieron buen resultado. Figueredo estuvo especialmente irregular y Jorge Sáenz cometió el penalti del 2-1. La insistencia en un Óscar Plano deslucido también ante la Real B (contra el Burgos no estuvo decisivo) o la indefinición del sistema en la primera parte (navegaba entre el 4-2-3-1 y el 5-3-2 sin ser ni una cosa, ni la otra) son argumentos que se suman a un discurso con cierto tono melancólico que no ayuda a agitar la situación.

“Estoy bien. Será tu percepción, pero creo que estoy igual que siempre. Trato de sonreír y contestar de la misma forma. Esto me ha pasado muchas veces. Llevo muchos años en esto, toda una vida. Esa percepción suele aparecer cuando vienen malos resultados. Ojalá pudiera ser un entrenador que gana siempre, pero no los hay”, argumentaba el entrenador en la previa al ser cuestionado por su semblante algo más serio de lo habitual.

Desplazamiento de doble filo

El Leganés visita el domingo Ceuta en una visita de doble filo. Por un lado, positivo, porque el equipo lejos de Butarque experimenta un rendimiento que (hasta ahora) ha sido mejor que en casa. Además, el entrenador no sentirá en el Alfonso Murumbe la presión que seguramente sí podría notar al sur de la capital tras los últimos resultados. En el lado negativo, que el Ceuta es rival complejo en su estadio: sólo ha perdido un partido de los cinco disputados al completo. Los otros cuatro terminaron en victoria local.

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