REAL VALLADOLID

Tárrega, con el Valencia en el corazón y el Pucela a la espera

El central desea hacerse con un hueco en los planes de Baraja mientras el Real Valladolid se postula de nuevo como alternativa.

PRG PHOTOGENICDiarioAS

César Tárrega terminó la temporada siendo uno de los mejores centrales de Segunda División, consolidado en la zaga del Real Valladolid y convertido en pieza importante en el ascenso. La sorpresa que causó su llegada, debido a su modesta procedencia (el Valencia Mestalla de Segunda RFEF) contrasta con el rendimiento que ha ofrecido, tan alto que parece destinado a jugar la próxima campaña en Primera División. De blanco; falta por ver si con el pantalón negro o teñido también de violeta.

El central encontró su sitio en el fútbol profesional en su primera salida de casa, donde la competencia de jugadores con más experiencia como Gabriel Paulista, Diakhaby o Cenk y de otros jóvenes valores como Mosquera o Gasiorowski le cerraba la puerta. De un golpetazo, ha abierto la de la élite y se ha postulado como un firme candidato a estar en el plantel de Javi Baraja, máxime si el conjunto ché materializa algún traspaso durante este verano. Ofertas va a tener.

Llegado el caso, si las ventas no llegaran, una de estas puede provenir otra vez de Zorrilla, donde todo el mundo estaría encantado de volver a contar con el zaguero. El central ya conoce de viva voz los deseos de los responsables del área deportiva del club de seguir contando con sus servicios, siempre que el mercado, caprichoso a veces y seguramente de ritmo lento por mor de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, termine propiciando una nueva salida de Mestalla.

Tárrega mostró su querencia por quedarse en el conjunto valencianista la próxima temporada, aunque sin cerrar del todo la vía pucelana, toda vez que, como él mismo reconoció durante la celebración del ascenso y en los días posteriores, nunca imaginó “que iba a crecer tanto aquí”. “Con lo que me ha dado, nunca cerraré la puerta al Real Valladolid”, confirmaba en plena fiesta, antes de escuchar a voz en grito a la afición (y a compañeros y empleados...) pedirle que se quedase en la Plaza Mayor.

El cerrojo del Pucela

El central de Aldaia hizo su debut el 29 de enero, en la victoria contra el Real Racing Club (3-1), saliendo en el minuto 79. Desde entonces, jugó 1.310 minutos, en los que el equipo somo encajó seis goles (uno cada 218,3): dos de Andorra y Racing de Ferrol, uno del Sporting y otro del Alcorcón. Dejó de jugar, en ese mismo periodo, 233 minutos... y el Pucela, en ellos, recibió cinco tantos: dos del Villareal B (contra quien fue cambiado al descanso), dos del Tenerife (no jugó por decisión técnica) y uno del Eibar (estaba sancionado).

El hecho de que Jordi Masip recibiera un tanto cada 46,6 minutos de los que estuvo ausente puede parecer casual, pero, dada la impronta mostrada por Tárrega, desde luego no lo es; fue, indudablemente, uno de los pilares sobre los cuales se edificó el ascenso, merced a unas condiciones físicas y tácticas destacables. Además de ganar duelos, era habitual verle saltar a la anticipación lejos de la portería, sin el menoscabo de su capacidad de corregir a las espaldas, además de tener un acierto con balón nada desdeñable. Y con todo ello el Real Valladolid quiere seguir contando.

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