“Sería un orgullo dejar de ser el héroe del ascenso y pasar a ser el padre de Mario”
De casta le viene al galgo. Mario Domínguez, que debutó el viernes con el primer equipo del Real Valladolid, tiene un buen espejo en su padre que fue el autor del gol del primer ascenso a Segunda de la Ponferradina.
El fútbol encierra historias que como la vida definen lo que somos. ¿Qué posibilidades habría de que el segundo jugador más precoz en debutar en el primer equipo con la camiseta del Real Valladolid en su historia fuera el hijo de un exfutbolista que marcó un hito en la Ponferradina en la primera década de este siglo?
Pues eso es lo que ha pasado este fin de semana. Fran Domínguez, su mujer y su hijo Mateo, cada fin de semana, se encaminan a Valladolid o a cualquier punto geográfico para ver a Mario Domínguez, el mayor de los dos hermanos, nacido en Gijón el 23 de enero de 2009. En la familia, el fútbol se vive como una religión. Fran, el padre, fue jugador profesional a final del siglo pasado y primera década de este jugando mucho en Segunda B y en Segunda.
Un héroe en Ponferrada.
El zamorano, nacido el 17 de mayo de 1975, comenzó su carrera en la ciudad del Duero, pasó por la cantera del Sporting y jugó en el Murcia, en el Nástic, en el Recre, otra vez en Tarragona, hasta que llegó a la Cultural, donde estuvo tres temporadas, antes de irse, junto al técnico Tomé, a la Ponferradina durante cinco temporadas. Por cierto, que su hermano Luismi, tío de Mario, también jugó en Segunda y Segunda B.
El zamorano se quedó en el Bierzo a trabajar, formó una familia y se dedicó a fomentar el fútbol entre sus dos hijos Mario y Mateo. Ayudaba el hecho de ser un héroe en Ponferrada. Y es que Fran Domínguez es recordado por su gol que significó el ascenso de 2006 de la Ponferradina en Alicante. El primero de los bercianos en su historia. Tras empatar a uno en El Toralín, el zamorano marcó de falta el gol del ascenso en el minuto 86. Pasear con papá Fran significaba ser parados y reconocidos. “Por aquel gol, aparte de que jugué cinco temporadas, mucha gente me para, me recuerdan el gol, con lo que mis hijos siempre han tenido muy presente mi vida deportiva”, explica Fran, el padre de Mario, que reconoce que sus hijos siempre estuvieron con un balón desde pequeños: “Hemos sido el azote de mi mujer, siempre andaba enfadada porque estábamos jugando los tres en el salón con el balón. También en la calle. Es lo que había sido mi vida deportiva y los dos empezaron desde muy pequeños a jugar al fútbol”.
El padre de Mario Domínguez, que reconoce que su hijo no ha visto muchos vídeos suyos, pero sí su famoso gol del ascenso, recuerda perfectamente cómo fue el día que el Real Valladolid quiso fichar a su hijo mayor y que viviera en la Residencia de Jugadores hace tres años: “A nosotros nos llamaron cuando Mario tenía 13 años, para comenzar la temporada de cadete, con 14, y él es un niño muy decidido, muy centrado, desde el primer momento dijo que quería intentarlo. Tenía claro que quería ser futbolista. Fue fácil para él tomar la decisión, no tanto para nosotros porque era muy joven y fue más difícil para el hermano pequeño, Mateo, que tiene tres años menos” y juega en las categorías inferiores de la Ponferradina.
Lecciones de un padre exfutbolista.
Fran, como exfutbolista, nunca quiso quitarles la ilusión a sus hijos porque, además, les veía futuro: “Yo veo muchos niños jugando y veo que los míos tienen capacidades para poder jugar por lo que yo siempre les he animado para que jugaran y se esforzaran. No me meto en lo que les dice el entrenador, sino en explicarles otras cosas como comportamiento con los árbitros, con los compañeros, con los rivales, sin olvidar que el tema de los estudios es lo más importante”. Tan es así que el primer temor de que Mario pudiera despistarse quedó rápidamente solventado: “No tenerlo cerca pensábamos que se podía complicar, pero él es muy responsable y sabe que los estudios es lo principal. Ahora está haciendo primero de bachillerato y es un año complicado con el tema, además, de los entrenamientos por la tarde y está bastante condicionado, pero él está feliz con lo que hace”.
Almada, entrenador del Real Valladolid, afirmó hace mes y medio que Mario Domínguez trabajaba con ellos y podría debutar esta temporada, cuestión que cayó muy bien en la casa de los Domínguez en Ponferrada. “Que un entrenador con tanta experiencia en los banquillos y viendo a futbolistas, vea a un niño de 16 años y diga que tiene capacidades y posibilidades para jugar en el fútbol profesional nos llenó de orgullo y de ilusión. No lo vemos en el día a día, pero sabemos que está trabajando y esforzando lo máximo posible por su sueño, que es llegar a ser jugador profesional”.
¿Y como fue para la familia este pasado fin de semana en el que Mario debutó en Segunda el viernes ante Las Palmas? Responde su padre: “Ha sido súperemocionante, fue muy bonito, era algo muy especial, convocatoria con el primer equipo, algo increíble. Viendo como iba el partido, que no acompañaba el resultado pues estábamos pensando que no iba a tener opción, pero cuando vimos que se quitaba el peto para entrar al campo fue una alegría y luego tensión continua porque estábamos deseando que el marcador cambiara y que el Valladolid le diera la vuelta al partido porque se lo merecían” y añade a la pregunta de cómo se tomó jugar el domingo con el Promesas: “Mario quiere jugar y competir. Tiene muy claro que está en una situación privilegiada porque se entrena con los profesionales, pero a él le da igual. Él siempre dice que va a jugar donde le llamen. Tiene que jugar y competir donde le digan”.
Si se le pregunta al exfutbolista cómo ve a Mario Domínguez, el zamorano responde: “Es un chico que pese a la edad que tiene se ve que físicamente está muy preparado, es un chico fuerte, maneja y protege bien el balón. Es un jugador de área, pero genera fútbol para los compañeros. Para lo joven que es tiene la cabeza muy asentada y es muy constante en el trabajo para conseguir los objetivos”.
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Y, para acabar, si un día Fran Domínguez pasa de ser el héroe del ascenso de 2006 al padre de Mario, el futbolista... ¿qué sentiría? “Para mí sería un orgullo. Es un orgullo que Mario esté dando estos pasos tan importantes en el mundo del fútbol. No hay que olvidar lo difícil que es esto y más para un niño de 16 años, pero estoy superorgulloso de que Mario siga mis pasos y se pueda hacer un nombre en este mundo”.
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