Sergio, un héroe de campeonato

Sergio González, capitán del Leganés, central con pinta de antihéroe por su gesto tímido y despliegue sobrio, rescató de nuevo al líder de lo que iba a camino de ser segunda derrota de la temporada en Butarque. Hace solo cuatro días ya había salvado madrileño en Gijón. Esta vez su testarazo a la salida de un córner (84′) maquilló el peor partido pepinero del curso y, de paso, certificó matemáticamente el campeonato de invierno para los blanquiazules. Antes Teto y otro gol tras saque de esquina (57′) había inyectado en pánico las congeladas gradas de Butarque, ésas que se habían impacientado ante la incapacidad de generar peligro en los suyos. Hasta el gol, el Lega sólo tiró dos veces a puerta. Asier Garitano sigue sin ganar (pero también sin perder) ante sus ex, que encadenan seis jornadas consecutivas sin ganar, pero que sólo han perdido un partido de los últimos doce.

Tundra en madrileño del sur se escribe Butarque. Fue el estadio pepinero espacio inhóspito para este partido de cierre de 2023. Ni la hora, ni las gélidas temperaturas, ayudaron a hacer de la clausura una fiesta, ésa que debería haber salpimentado el retorno de Asier Garitano. Tuvo un recibimiento de nostalgia mitigada. Leve aplauso al ser citado en megafonía. Y ya. Como el fútbol, que fue también asunto camuflado durante una primera mitad de bostezo largo y juego corto.

Sólo los impulsos canarios pusieron ímpetu a un choque con el líder perdido sobre el verde fruto de sus ausencias (las de Raba y Miguel son gigantescas), el cansancio y la falta de recursos con los que agitar el árbol. De inicio lo intentó Borja Jiménez con Naim y Djouahra, dos perfiles ofensivos que acabaron enredados en el alambre de espino que planteó el contrario. Sin circulación, ideas frescas o individualidades, ni siquiera el frenesí del siempre voluntarioso Diego García sirvió para generar nada que supusiera peligro.

Cero tiros. Así cerró el Lega su visita al vestuario. Tampoco el Tenerife generó mucho más (tres remates, ninguno entre palos), aunque sí dio sensación de jugarse a lo que querían los chicharreros. Presión alta, cero riesgos atrás y mordiscos voluntariosos arriba, casi siempre activados por ese metal conductor que es Roberto López, un chispazo recurrente de peligro. Sólo en posible penalti de Franquesa a Ángel a pase precisamente de Roberto López (21′) puso algo de calor al duelo. Brasas apáticas para calentar nada que rondara la noche de Butarque.

Fuera de juego previo al 0-1

Entumecida percepción que agigantó para parroquia local Teto con su gol (57′), ése que llegó después de un posible fuera de juego de Bodiger previo al córner. Nyom no parece romperlo. Luego la pizarra de Pedro Hernández, el segundo de Garitano, sorprendió al Lega y tras un aclarado de Roberto López, el delantero remató picuda, pero inalcanzable para Conde. Ya entonces el Lega había perpetrado su primer disparo a puerta, un tímido intento de Diego García en el 50′. Insuficiente. Deficiente.

Ni el arreón de un público enchufado pese a la depresión colectiva que atenazaba a los locales eyectó a un Leganés corto de empuje pese a que con los cambios se mostró algo más activo. El Tenerife pintó de rosa elástico su armadura para tapar espacios, perder tiempo y gripar el motor del líder. Pero allá donde el juego no alcanzó, sí lo hizo la pizarra y el corazón de Sergio González, salvador en la última jornada ante el Sporting. Su potente cabezazo al córner que sacó Portillo (84′) rescató del precipicio al Leganés para mantener invicta su guarida y, de paso, hacerle matemáticamente campeón de invierno.

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