Sandro Ramírez se postula a regente
El delantero coge las riendas del ataque amarillo ante la incertidumbre física de Viera. Es el jugador de la U.D. con mejor ratio de goles por minutos jugados.
Con el fichaje de Sandro allá por el mes de agosto se cerraba el culebrón del verano y Las Palmas se sacaba, de paso, la espina de traer de vuelta a uno de sus grandes talentos. Vistió de amarillo desde benjamín hasta cadete de primer año, antes de emigrar a Barcelona y llegar a debutar en el primer equipo culé.
Quien parecía que iba a ser pilar sobre el que se cimentara parte del armazón ofensivo pronto se dio de bruces con lo que sería su gran caballo de batalla de la temporada, las lesiones musculares. A comienzos de septiembre cayó la primera, retrasando su debut hasta el 26 de dicho mes. A finales de noviembre, de nuevo un pinchazo en Copa contra el Teruel le dejó fuera de los terrenos hasta enero.
El año nuevo no trajo buenas nuevas. Dos partidos pudo aguantar sin lesionarse a su regreso y tuvo que parar de nuevo un mes. Cuando completó su recuperación en febrero, lo mismo, apenas 60 minutos en total frente al Leganés y la Ponferradina y nuevo alto en el camino. Era la cuarta lesión de la temporada. Un sinvivir. Sin embargo desde el 26 de marzo ya suma seis encuentros sin parar, cinco de ellos titulares, máximo de la temporada.
La duda de Viera
El momento de forma de Sandro parece llegar en el clímax de la temporada, a tres partidos de acabar la temporada con la U. D. dependiendo de sí misma para alcanzar la Primera División. Además, justo cuando las molestias físicas alcanzaron a Viera, el caudillo amarillo. Y ese rol parece caer como anillo al dedo a dos jugadores, Kirian y Sandro Ramírez, como se pudo ver ante el Eibar.
Si Kirian parece encarnar la faceta de intendencia del 21, Sandro toma la vez como líder de la parcela final, la otra cara del capitán. De hecho, tras anotar el gol frente a los armeros, el 9 de Las Palmas fue directo al banquillo abrazar a Viera como quien busca tranquilizar al jefe de la tribu.
Mirando el histórico se ve que tan solo cuatro goles ha anotado Sandro, sin embargo todos su peso en oro o plata pues sirvieron para adelantar a Las Palmas ante el Mirandés, la Ponferradina y el Eibar. Además puso la igualada en Can Misses y cimentó la remontada que culminaría Viera. En todos los partidos que marcó ganó Las Palmas, salvo el empate cedido in extremis en Anduva. Además, normalizando los goles a los minutos jugados, Sandro ya tiene la mejor cadencia de goles de la plantilla, 1 cada 248. Quizá su regreso a Gran Canaria dejaba los mejores capítulos para el final.