Rubén Castro devora al Zaragoza y da vida al Málaga

Dos goles de Rubén Castro y otro extraordinario de Lago Junior dan vida al Málaga ante un Zaragoza que tuvo su oportunidad en la primera mitad y se desplomó tras la reanudación. El canario, además, hace historia porque supera los 284 tantos del inolvidable Enrique Castro ‘Quini’ y se convierte en el mejor realizador español de todos los tiempos (en Primera y Segunda), Ya tiene 285 dianas. Y siete en esta temporada.

Fue un partido de dos caras, una primera donde el Málaga jugó con el miedo de siempre y una segunda donde cambió la cara, bordó el fútbol y borró de la pista a un Zaragoza impotente que vuelve a complicarse una permanencia con la que los malagueños sueñan ya que se encuentran a cinco puntos del Racing, su referente para la salvación.

Como suele pasar en La Rosaleda, el visitante de rigor, en este caso el Zaragoza, plantea su estrategia jugando con la tensión de un oponente bajo mínimos y con ritmo de braza para alcanzar el lejano flotador. Sin juego ni propuestas, los aragoneses cargan su fortaleza en el desborde de Bebé sobre Delmás, otro reflejo de la estrepitosa planificación malaguista. De hecho, el jugador cedido por el Rayo se va con pasmosa facilidad del exzaragocista y asiste a Bermejo que remata fatal en buena situación.

A los 43′ Ramalho falla en un balón dividido con Giuliano y Genaro lo hace peor cediendo atrás sin sentido. Por fas o por nefás Giuliano se queda solo ante Yáñez. Lo ve tan fácil que se duerme y da tiempo a Ramalho a rectificar para salvar un gol seguro. El despropósito defensivo malaguista suma y sigue y Yáñez blocs poco después un trallazo de Bebé. El balón queda suelto y Vada va a por todas. El Zaragoza reclama posible derribo de Fran Sol sobre este jugador no tenido en cuenta por el colegiado.

Tras la reanudación Pellicer saca a Rubén Castro en lugar del desastroso N’Diaye, lento y con sobrepeso. Horroroso y decepcionante un jugador que vino para ser referente. El Málaga lo intenta con sus limitados recursos y con el empuje de Fran Villalba, que se multiplica. El Zaragoza, un equipo de toque decente pero escaso de gol, trata de pillar las vergüenzas de un oponente al filo del alambre, pero con escasa convicción.

A los 56′ Lago Junior recupera un balón. Pase atrás de Julián Delmás a Villalba que alimenta a Rubén Castro que rompe su sequía anotando su sexto gol del campeonato que alcanza los 284 de Quini como mejor goleador nacional. El Zaragoza, que no esperaba este bofetón, improvisa y busca remedio con los bombazos de Bebé y un ajustado taconazo de Vada que adivina Yáñez con agilidad.

El Málaga gana en confianza y a los 75′ Rubén Castro asiste a Lago Junior quien, con un gran disparo parabólico, dobla la ventaja local. La afición local no da crédito. El Zaragoza se derrumba y siete minutos después el resucitado Rubén Castro recupera a su socio del Cartagena, Gallar, que le da un balón que convierte con virtuosa vaselina en un sensacional tanto. ¡3-0! Y, contra todo pronóstico, el Málaga tuvo un impensable final plácido con la afición cantando el himno del Unicaja, campeón de la Copa del Rey de baloncesto. El Málaga respira y sueña con el imposible. Y el Zaragoza, se vuelve a complicar.