Rubén Bover, la liebre del esprint final
El mediocentro firmó tres goles en los últimos cuatro partidos que jugó. Llegó al club en 2018 y tiene contrato hasta 2024. La temporada 2023-24 será su quinta como tricolor.
No dejaré que el equipo se relaje hasta que no acabe la Liga”. Esta frase la pronunció Eder Sarabia tras sellar de manera matemática la permanencia en Segunda y caló de manera excelente en el vestuario del Andorra. Ningún jugador levantó el pie del acelerador y gracias a ello se obtuvo una séptima plaza que reportará más de 1,2 millones de euros extras a la entidad y que fue histórica. En su primera campaña en el fútbol profesional, el bloque tricolor logró finalizar a solo un puesto del playoff de ascenso.
La temporada ha sido para enmarcar y en el final de curso, cuando no se podía bajar el ritmo, hubo un jugador que tiró del carro: Rubén Bover. El mediocentro lució y sus números así lo indican porque firmó tres goles en los cuatro últimos encuentros que disputó. Marcó contra Ponferradina, Lugo y Villarreal B y solo se quedó a cero ante el Tenerife. Su final de Liga ha sido ejemplar y la guinda a un curso muy completo. Disputó 1.409 minutos de Liga en 28 duelos, con cuatro tantos y tres asistencias.
Rubén Bover es de esos futbolistas que son importantes para Eder Sarabia y lo seguirá siendo la temporada 2023-24. Tiene contrato en vigor y piensa cumplirlo porque su principal objetivo es asentar al club en Segunda División. Llegó en 2018 y su debut se produjo, en 2019, en un encuentro contra el Mollerusa. Es uno de los supervivientes de Primera Catalana y está viviendo, y disfrutando, la transformación de la entidad. Luce el brazalete de capitán junto a Nico Ratti, Sergio Molina y Carlos Martínez y ya tiene la mente puesta en el próximo curso. El que debe servir al Andorra para afianzarse en el fútbol profesional.