Roger salva al Cádiz ante un Granada con diez

Cádiz y Granada empataron a un gol en un partido igualado y poco brillante marcado por el mal estado del césped de Chiclana, que permitía pocas filigranas, y la expulsión de Obi nada más volver del descanso. Fueron los dos goleadores de ambos equipos, Lucas Boyé y Roger, los que anotaron los goles para firmar unas tablas con sabor agridulce para ambos.

El Granada salió con un sistema nuevo en el que Alemañ y Trigueros acompañaban al canterano Obi en la medular con un tridente en ataque. La baja de Casadesús obligó a Oscar a actuar de lateral derecho y destacó el joven canterano desde esa posición, con Lama y Williams, que se perfilan como la pareja de centrales titulares, de inicio en esta ocasión. Enfrente, un Cádiz en el que Garitano apostó por un 1-4-4-2 con muchos de los que tienen la obligación de demostrar en esta pretemporada y sin nombres como Ontiveros, Suso o Chris Ramos.

La fluidez brillaba por su ausencia. El césped tampoco dejaba a ninguno de los dos equipos mover el balón con velocidad y precisión, pero era el Granada el que quería tener el balón. Con Trigueros y Alemañ asociándose en la medular, los nazaríes conseguía dominar en los primeros compases y, cuando perdían el esférico, hacían una presión tras pérdida orquestada y más trabajada que en el anterior partido.

En uno de esos robos, Fayé fue objeto de falta y de ahí nació el primer tanto del partido. El guante que tiene Pablo Sáenz en su pierna izquierda sirvió el balón al área y, tras un intento de remate, Boyé controló de espaldas a la portería, se dio media vuelta y, sin dejarla caer, ejecutó a Aznar para subir el primero al marcador. El argentino, máximo goleador el pasado curso, empezaba con buen pie.

No tardó el Cádiz en responder por medio de De la Rosa, sin duda, el más peligroso del conjunto cadista, sin embargo, si disparo desde la frontal lo sacó Luca con una meritoria parada. Los rojiblancos bajaron en la presión y dejaron al Cádiz tener más balón, aunque bien ordenados en defensa y sin apenas sufrir en los ataques de los de Garitano, mientras, que siempre que podían retenían el balón con un entonado Trigueros al mando.

Tras el descanso, solo un cambio en las filas nazaríes con la entrada de Astralaga por Zidane en portería, mientras que Climent y Brian entraron en el lado cadista. El Granada salió con la misma idea, con esa presión que hiciera daño e intentando mandar. Pero todo se fue al traste en cinco minutos. Porque en el minuto 48, Obi vio la primera amarilla y un minuto después agarró de forma sostenida a un rival y el árbitro no dudó: segunda amarilla y a la calle.

Un contratiempo importante para un jugador joven que pecó de inexperto, pero que obligó al Granada a afrontar toda la segunda mitad con un hombre menos y sin opción de probar nuevas cosas. Aunque sí sirvió para aprender a jugar con uno menos.

Con diez en el bando rojiblanco, fue el Cádiz el que tomó el control del partido. La tuvo Álvaro, pero Astralaga respondió con una buena parada. Pacheta siguió dando descansos con la salida de jugadores como Hongla, Weissman, Insua o Rodelas, los que le quedaban del primer equipo, y hasta cinco canteranos, entre ellos el recién llegado Fall.

El Granada aguantaba bien, aunque Garitano sacó a su artillería con Roger y Ortuño para lograr el empate. La tuvo Roger, en un balón desde fuera del área, y después en un remate que sacó Astralaga con un paradón a bocajarro. En el córner, el punta cadista cazó el balón suelto en el área y anotó el empate. El Cádiz salvaba los muebles ante diez y el Granda daba mejores sensaciones que en el estreno de pretemporada ante el Orlando Pirates. Un empate sin brillo, para seguir acumulando minutos y conceptos.

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