Ramón Martínez: “Como abonado voté por volver al escudo antiguo”

Ramón Martínez ha sido director deportivo del Barcelona y del Real Madrid, pero antes lo fue del Real Valladolid, club al que le une un sentimiento de verdad. Él se reconoce como blanquivioleta de corazón, con esa fe de que el club del que te haces de pequeño es para toda la vida, en una de las pocas certezas que uno tiene. Desde el primer día que fue al Viejo Zorrilla, acompañando a su padre, se identificó con los colores del Real Valladolid y en cualquier lugar del mundo se reconoce pucelano. Tras una larga y exitosa carrera, ahora, en su retiro pretende ahondar más en el conocimiento del club y nada mejor que dar un repaso a “La Legión extranjera blanquivioleta”, es decir, los jugadores foráneos que jugaron en el conjunto vallisoletano hasta la aparición de la Ley Bosman. Y lo hace en tres tomos. El primero ya está en las librerías.

¿Qué queda del chaval que fue por primera vez hace muchos años, acompañando a su padre, al viejo estadio, y que se enamoró del fútbol y del Real Valladolid?

Pues sigo siendo el mismo. Afortunadamente, aquel enamoramiento sigue durando, aunque ahora es diferente por la edad y las circunstancias, pero sigo viendo mucho fútbol.

Viendo mucho y sufriendo mucho con nuestro Pucela... ¿no?

Siempre que ves un partido de fútbol, aunque no tengas nada con alguno de los dos contendientes siempre te decantas por uno, así que imagina cuando es tu club, como es el Real Valladolid. Se pasa mal cuando no se juega bien, cuando se pierde y no se consiguen los objetivos.

Ahora jubilado, dice, se ha metido en un proyecto impresionante, ilusionante, pero que también lleva un trabajo inmenso con estos tres tomos de “La Legión extranjera Blanquivioleta”...

Yo no sabía mucho de esto. A mí siempre me ha gustado, desde pequeñito, conservar cosas del Real Valladolid, tengo fotos, alguna publicada en el libro, de 1959. También me ha gustado ir escribiendo cosas que iba guardando, pero hacer lo que he hecho.... no sabía cómo iba a terminar. Ha sido una cosa apasionante, que día a día, iba creciendo en mí un interés por hacerlo lo mejor posible. Sin darte cuenta pues se forma un volumen de información que me ha dado mucho trabajo, pero ha sido muy bonito.

Siga...

Es que los nueve primeros jugadores que aparecen en el libro yo no los he visto jugar, he ido descubriendo cosas que desconocía. Para mí ha sido apasionante. En este primer tomo aparecen 18 jugadores y cuando empecé a escribir sólo vivían tres, ahora ya sólo vive uno. He tenido que localizar a familiares, compañeros, amigos que me han dado referencias y me han ayudado a hacer un perfil de los mismos.

Y no sólo eso, sino que hace usted un retrato de la ciudad y del club en cada momento...

Es evidente que hay jugadores de los que se puede escribir mucho, por motivos obvios, pero hay otros que fueron más intrascendentes, que a lo mejor se les ha fichado y, alguno, no llegó a debutar oficialmente. Cuando empecé a escribir, para hablar de estos que fueron más intrascendentes en el club tuve que relacionarlo con hechos acaecidos en el club o en el fútbol en general.

¿Quién cree que disfruta más? ¿usted investigando y escribiendo o los lectores leyéndolo?

Yo disfruté mucho haciéndolo y terminándolo. La verdad es que acabé muy satisfecho de lo que hice. No sé cuánto lo habrán disfrutado los lectores, espero que les guste.

¿Imaginaba usted que iba a tener tanta información? ¿Cómo la manejaba?

Siempre me ha gustado ser un poco perfeccionista. No me importaba tener que esperar una semana para constatar hasta el más mínimo dato. No me gusta poner datos que no sean exactos. Me ha encantado hacerlo. He podido estar en contacto con personas que han conocido a estos jugadores, que les han visto jugar o familiares que me han contado historias de estos jugadores.

¿El volumen dos y el tres están acabados?

El dos está bastante adelantado, casi terminado, aunque me falta todavía elegir las fotos y los pies de foto. Del tercero me faltan algunos capítulos.

De todos esos futbolistas de los que vio o de lo que le han contado, ¿con qué jugador se quedaría?

Es muy difícil comparar épocas. No son datos homogéneos. El fútbol era muy diferente en 1928, que yo no lo conocí, a los años 50, a los 80 o al actual. No se puede comparar, en cada época ha habido muy buenos jugadores. Si te puedo decir que de este primer tomo, la “operación Saso” es la más importante de la historia del club porque los jugadores que vinieron eran muy buenos. De todos ellos, el que más me gustó era Julio Benítez.

El libro fue presentado hacia varias semanas, ¿dónde se puede comprar el libro?

En las principales librerías de Valladolid.

¿Y qué le llega de los lectores?

La verdad, buenos comentarios. Prácticamente todas las personas que me han llamado ha sido para decirme que les ha gustado el libro. Me ha llamado muchísima gente.

Hablemos de actualidad, hablemos de nuestro Pucela...

Poco puedo hablar porque no he visto ningún partido en el campo, he visto algunos por televisión. Creo que no está jugando muy bien, pero el equipo está arriba, lo cual quiere decir que hay posibilidades, si se mejora un poquito, de conseguir el ascenso. Sin jugar muy bien el equipo está, prácticamente, en ascenso directo por lo que si mejoran un poco podemos aspirar a subir.

Cuando se habla de adelantar procesos con los jóvenes, ¿Ramón Martínez qué piensa?

Los jugadores que destacan mucho se adelantan ellos solos. Ahora, hacerlo por sistema, a mí no me gusta. Decir que cuatro cadetes tienen que jugar todos los años en el Juvenil B y así sucesivamente a mí no me gusta. Adelantar a los que se lo merecen, por supuesto. Yo lo he hecho, pero siempre que los jugadores lo pedían a gritos con sus actuaciones, pero por sistema, no lo veo, no me gusta. Las edades están para algo. Hay grandes jugadores que han llegado a los más alto, como Guti, pasando por todas las categorías. A estas edades lo realmente importante es que jueguen 30 o 40 partidos. Si suben a un equipo y no juegan, pierden el año y se les está perjudicando.

Un inciso, usted sólo va a analizar a los extranjeros hasta la aparición de la Ley Bosman... ¿perjudicó al fútbol español aquella ley?

No sé decirte si le perjudicó o no. Yo sí creo que por mucha ley que haya, los clubes que quieran pueden seguir trabajando en la formación de jugadores. Nosotros, cuando nos hicimos cargo de la cantera en el año 1975 nos propusimos que no se nos escapara ningún futbolista de Castilla y León. Muchos de ellos luego llegaron al primer equipo porque los de más fácil adaptación siempre son los más cercanos. Cuando traes jugadores de muy lejos les cuesta mucho más la adaptación, pero no sólo aquí, en cualquier lugar. Los cercanos, de Valladolid o de las provincias limítrofes, se les cuida, tienen el cariño cercano de las familias y salieron bien. La cantera se debe seguir cuidando exactamente igual haya Ley Bosman o no. Yo en el Valladolid, ahora, priorizaría mucho traer jugadores de León, Zamora, Salamanca, etc... porque esos salen bien siempre.

Usted era director deportivo del Real Valladolid en la temporada 1983-84, cuando el club consiguió su único título, la Copa de la Liga, ¿qué recuerdos tiene de aquella temporada?

Fue una temporada que, en principio, fue difícil porque en Liga faltando siete jornadas tuvimos que cambiar al entrenador. Perdimos 0-1 ante Osasuna y nos pusimos a un punto del descenso. Y el entrenador nos dijo que no sabía qué hacer. Como consecuencia tomamos la decisión de cambiar y tuvimos la suerte de contar con Fernando Redondo porque dirigió 15 partidos y perdió uno, en el Bernabéu, cuando ya estábamos salvados. Digo 15 porque cuento los de la Copa de la Liga que aunque perdimos ante el Betis y el Sevilla, como ganamos la eliminatoria, no los cuento como perdidos.

¿Cómo era el equipo?

Muy bueno. Estaba formado por tres bloques diferentes de jugadores. Por una parte, los futbolistas de cantera, que había varios y muy buenos, por cierto. Después estaban los jugadores nacionales que habían venido de otros clubes, eran muy buenos, como Moré, y con eso está todo dicho, y después tres extranjeros de muy alto nivel como Fenoy, el Pato y Polilla. Era un bloque muy compacto, muy bueno en todas las líneas que, por las circunstancias que fuera, no habían cuajado una temporada buena, pero llegó Redondo y lo cambio todo, hasta el punto de conseguir ese título que ahí permanece.

¿Cómo se explica que el Real Valladolid vaya a celebrar los 40 años de ese título y no haya ganado nada más?

Es que no es fácil. En 95 años, un título. Este es el único y tiene que ser por algo. Este equipo era muy bueno y aunque no empezó muy bien, luego se demostró la categoría que tenía para ganar con todo merecimiento esta Copa de la Liga.

Usted conoció a Ronaldo como jugador del Real Madrid, donde estaba, y ahora como presidente del club, ¿cómo lo ve?

Como jugador, el mejor delantero centro de la historia o uno de los mejores o por lo menos de su época. Como presidente no lo conozco. No puedo, ni debo opinar.

La última, la semana pasada se votó en consulta a favor del regreso del escudo antiguo... ¿Qué opina?

Desconozco cuáles son los motivos por los que se cambio, pero yo lo único que puedo decir es que yo he votado, como abonado que soy, por volver al escudo antiguo, al de siempre, al del año 1962. Si supiera los motivos por los que se cambió podría opinar, como no lo sé, lo que he hecho es votar al de siempre.

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