Qasmi es un milagro añadido

El Leganés agonizó en el triunfo contra el Tenerife, al que tumbó en el añadido (91′) gracias a un gol de VAR, inicialmente anulado a Qasmi por fuera de juego, pero autorizado por la tecnología. El tanto del franco-marroquí, que había salido sólo un minuto antes, deshizo un empate que a los puntos merecía ser victoria del Lega por empuje y despliegue pepinero. Juan Muñoz adelantó a los pepineros (35′). Los cambios de Ramis dieron alas al Tete (empate de Aitor Sanz, 63′) que vio como Juan Soriano se vestía de héroe en el tramo final, hasta el gol madrileño. Fin a una racha de seis duelos chicharreros sin perder y continuidad de la del Lega, que ha sumado 9 de los últimos 12 puntos en juego.

El preámbulo climático tuvo algo de pepinero. Caos así en la tierra como en el cielo. Tan pronto llovía con un radiante sol de fondo como frenaba la tormenta cuando más gris se teñían las nubes. Volantazo en lo inesperado. Puro Lega justo la tarde que los de Idiakez se comportaron alejados del tópico caótico que les atenaza este curso. Fueron sus 45 minutos iniciales un ejercicio de seriedad excelsa. Competitividad compactada sin grietas ante un Tenerife exigente que se vio superado pese a que los pepineros tampoco necesitaron lucir grandes alardes. Como el alquitrán que se pliega ante un rodillo inmisericorde.

Con altas dosis de posesión y paciencia (el Lega amasó la bola en un 67% al descanso), los locales ejercieron de marea lenta y pausa larga, conquistando con delicadeza el partido brizna a brizna. Control absoluto que no necesitó de bombardeos sobra la meta de Juan Soriano para cobrar ventaja. Las escasas tres veces que el Lega remató a puerta en el primer acto fue para generar peligro serio.

Eficacia sólida

Primero, con un gol anulado por mano a Juan Muñoz (22′) después de una buena asistencia del efervescente Cissé. Luego, para que el propio Juan Muñoz hiciera el 1-0 en colaboración con Arnáiz. Un centro preciso de Nyom acabó en la dejada del talaverano que reventó el sevillano dentro de las mallas (35′). La tercera fue un remate seco con la zurda del propio Arnáiz, casi en área chica. Precisión hormigonada contra un Tenerife de discurso directo, pero sin gramática del remate. El equipo de Ramis no remató ni una vez entre palos cuando enfiló el túnel al descanso.

Lo consiguió en el 63′ y supuso el gol del empate. El primer disparo a palos de los canarios acabó dentro después de una larga jugada de posesión calmada que Enric Gallego vistió de riesgo con su dejada de cara en el área chica a Aitor Sanz. El apercibido y veterano pivote la cruzó rasa al palo derecho de Riesgo después de que la medular pepinera se olvidara de su existencia. Remató solo. Gol consecuencia de la mutación visitante. Ramis ajustició del once a José Ángel y con Larrea inyectando control en la media, el Tete ganó poder esférico, antídoto frente a un Leganés que no carbura sin pelota.

Epílogo de porteros y VAR

Expresión de crecimiento que amagó con fracturar el Leganés en las botas de Cissé, imberbe recurso pepinero brillante durante toda la tarde. Su asistencia dejó solo a Juan Muñoz en el área (71′), pero el remate del sevillano acabó estrellándose en su paisano (y también canterano sevillista) Juan Soriano. Rima amarga para un Lega que vio como Riesgo también tuvo que ponerse la capa de héroe para frenar un potente remate de Teto en los estertores del partido, ahí donde también Fede Vico probó la versión excelsa de Soriano. Fue el último cambio de Idiakez, profeta de la fe infinita, el que resolvió el partido. Qasmi salió por Arnáiz en el 90′ y sólo un minuto después una pared que inició él mismo con Raba (otro cambio tardío del entrenador guipuzcoano) acabó en asistencia del andaluz y gol del franco-marroquí. Orgasmo de alegría postrera en un Leganés eyectado hacia la zona media de la tabla.