Pol Lozano lucha contrarreloj para dar brillo a su cartel de ‘Míster ascensos’

El Espanyol depende de sí mismo para volver a ser equipo de Primera División. El conjunto blanquiazul, eso sí, necesita remontar la final contra el Oviedo tras el 1-0 obtenido en el encuentro de ida. La papeleta no es sencilla, pero el Espanyol tendrá a su lado a su afición en un Stage Front Stadium en el que se congregarán más de 30.000 espectadores (contra el Sporting, en la primera eliminatoria, hubo 30.605) y, luciendo su camiseta sobre el terreno de juego, a Pol Lozano. El centrocampista de 24 años está en plena contrarreloj porque quiere estar disponible para la final. Una lesión le ha impedido debutar en este playoff y, actualmente, sueña con poder ayudar a su equipo a ascender.

Y no es mala porque Pol Lozano se ha convertido en una especie de Rey Midas. O de Mister ascenso. El motivo no es otro que encadena tres ascensos consecutivos a Primera y quiere el cuarto. Qué mejor que con el club de su vida y con el que vivió el primero. Con el conjunto blanquiazul formó parte, la temporada 2020-21, de aquella huida del infierno. Al curso siguiente, en Primera, se quedó sin sitio y se vio obligado a volver a jugar en Segunda. El Girona le reclutó la 2021-22 y se erigió en una de las piezas clave de Míchel para subir. Lo hizo por la vía del playoff, de modo que es un camino hacia el éxito que conoce. Participó en la semifinal contra el Eibar y después fue intocable en la final ante el Tenerife. Su calidad, entrega, sentimiento blanquiazul y tener dos ascensos en la mochila no le sirvieron, una vez regresó a un Espanyol de Primera, para convencer a Diego Martínez. Aguantó el primer tramo de la campaña, pero después, en invierno, se fue a préstamo al Granada. Ahí volvió a brillar, en Segunda, y acabó campeón y festejando su tercer ascenso.

Ahora, de nuevo con el Espanyol, buscará su cuarto ascenso a Primera. En este encuentro de vuelta ya no va más, por lo que no se puede especular ni guardarse nada. Pol Lozano lo sabe y quiere jugar sí o sí. Manolo González tiene claro que le esperará para incluirle, como mínimo, en la convocatoria y en el club blanquiazul confían en su recuperación. Es cierto que este curso ha sido un vía crucis para él, tanto a nivel colectivo como personal, porque las lesiones apenas le han permitido disputar 1.536 minutos en Liga. Pero la figura de Pol Lozano trasciende al terreno de juego. Atesora ese ADN perico tan necesario en partidos en los que está en juego el presente y futuro del Espanyol. Con seis años ya empezó a vestir la camiseta blanquiazul. Claramente, ‘uno di noi’.

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