LAS PALMAS

Pejiño a la vista

El extremo sigue cogiendo rodaje. Un pase suyo originó el empate en Mendizorroza. El año pasado concluyó con el mejor promedio de goles por partido de los amarillos.

Carlos Diaz-RecioDiarioAS

Durante la temporada pasada Pejiño fue sin duda alguna una de las fuerzas más importantes a las que se aferró la Unión Deportiva Las Palmas de Pepe Mel durante la primera vuelta. Sin embargo, cuando parecía que el equipo despegaba y alcanzaba la tercera plaza, le empezaron a llegar lesiones intermitentes. Tanto que hasta el propio técnico madrileño comentó que “tenemos que ir a ver algún brujo, porque lo de Pejiño sí que tiene mandanga”.

Después le llegaría una intervención en enero y un postoperatorio que se alargó más de lo deseado, no volvería a pisar el césped hasta los últimos 18 minutos del último partido de liga, aunque estuvo en las convocatorias con anterioridad. Y es que cuando el de Barbate entró en dinámica de grupo, Las Palmas ya había cogido velocidad de crucero y estaba ganando prácticamente por todos los campos por los que pasaba y se enfocaba con ambiciones reales hacia la promoción.

Así pues, el concurso de Pejiño al final de la liga fue testimonial y su impacto en el juego, bastante reducido. A diferencia del Pejiño del principio del campeonato quien hasta su parada en seco en la jornada 12 solo tres jugadores le habían superado en goles anotados: Sadiq, Stoichkov y Rubén Castro. Siendo además el que más había marcado desde fuera del área junto a Mo Dauda, Dani Ojeda, Bogusz y Stoichkkov.

Así pues su debut en esta temporada ante el Andorra era un regreso ansiado, seguía en el recuerdo cercano la amenaza que ofrecía el gaditano desde la banda la temporada pasada. Ese primer partido en casa no alcanzó aquel nivel de hace un año. El propio técnico amarillo afirmaba que “está entrenando muy bien, pero el rodaje de los partidos se gana jugando partidos”. Y en eso va haciendo camino.

En la segunda oportunidad que tuvo el gaditano para seducir no saldría de inicio. Frente al Alavés el técnico García Pimienta se decantaría por Marvin Park quien dos semanas antes hizo un fantástico debut frente al Málaga. No obstante, el partido del excanterano madridista no tuvo el brillo de su primera aparición. El Alavés fue un rival mucho más replegado, limitó el potencial del mallorquín quien apenas pudo desbordar a Duarte, un defensa experto y con muchos años de historial en Primera División.

A ese contexto se le añadía el rol de equipo perseguidor, con unos vitorianos por delante en el marcador. Circunstancias totalmente diferentes a las de Andorra y curiosamente lució más en un hábitat peor. Pronto se convirtió en el peligro más importante de Las Palmas tomando el relevo de Alberto Moleiro quien poquito a poco iba apagando su frenesí de la primera parte.

De sus botas saldría un fantástico pase, que cogió por sorpresa la espalda de Arroyo abriendo la grieta por la que se colaría el gol del U. D. Las Palmas, que a la postre significaba un punto y que permitía alargar el estatus de invicto en liga desde marzo.

El concurso de un Pejiño en forma, es por tanto, un plus con el que no se contó desde finales de octubre del curso pasado. Y es que estamos ante un jugador que perdiéndose 30 encuentros ligueros fue el tercer máximo anotador amarillo de la temporada 2021-22 —empatado con Kirian—. No en vano, logró el mayor promedio de goles por partido —0,6— del curso pasado en Las Palmas, siendo el tercero que mejor conversión cosechó, un 18%. Poco detrás de Sadiku con un 20% y de Eric Curbelo con un 50%, quien anotó 2 goles tras chutar 4 veces a puerta.

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