Parzyszek, el retorno tras 189 días

Cuando Piotr Parzyszek se enfundó la camiseta del Leganés y el pasado sábado pisó el verde del Heliodoro Rodríguez López sustituyendo a Karrikaburu en el 81′, el pliegue del tiempo que unía su última aparición con los pepineros dibujaba dos escenarios opuestos. Habían pasado 189 días desde que el 29 de octubre de 2022, Imanol Idiakez decidiera que había que darle otra oportunidad en Liga. Aunque más que una oportunidad, aquello era un caramelo envenenado. Salió en el 89′ ante el Racing (0-0). Aquel partido fue uno de aquellos que engarzaron una racha histórica de imbatibilidad para los pepineros en Segunda División. Once jornadas en total. Piotr, sin embargo, había comenzado un camino opuesto. Hacia el ostracismo y la invisibilidad. Nada nuevo bajo el sol.

Porque este delantero ex del Frosinone como máxima exposición de su carrera fue un fichaje anómalo (libre y fuera de mercado) fruto de un proceso más anómalo aún. Los ex gurús del Big Data blanquiazul que alistó Blue Crow se empeñaron en traerlo y, días después, fueron invitados a marcharse tras haber provocado un verano de tensiones y peticiones a cuál más estrafalaria. De vetos y negativas constantes a fichajes de mayor prestigio.

Por poner un caso de renombre, fueron estos especialistas los que evitaron, por ejemplo, el retorno de Guido Carrillo al sur de la capital. Había acuerdo total con el argentino, pero no lo veían claro. Así que el ‘9′, ahora en Estudiantes de la Plata, se cansó y se marchó a China. Con Parzyszek se salieron con la suya… aunque tiempo después se comprobó que no era un fichaje revolucionario. Más bien todo lo contrario.

Un buen trabajador

En el seno del cuerpo técnico y la plantilla se dieron pronto cuenta que el ariete polaco era tan buen tipo, tan currante y predispuesto al trabajo como negado de cara a puerta. Un futbolista, en definitiva, inferior a la exigencia del Leganés. Pese a ello, Idiakez le dio ciertas oportunidades (marcó un gol dudosamente anulado en Huesca) que acabaron en portazo tras aquella tarde en Butarque ante el Racing y el fiasco copero frente al Gernika.

Aquel en verdad fue su último partido oficial como blanquiazul. El ex entrenador blanquiazul decidió entonces que nunca más daría presencia a Parzyszek en el Leganés, aunque su presencia recurrente en las convocatorias eran premio a una actitud profesional y siempre positiva. En Butarque no tienen nada que reprochar al (casi) inédito delantero.

Sucedió después que el cambio de entrenador (adiós Idiakez, hola Carlos Martínez) dibujó un halo de esperanza para el ariete. Porque el que fuera preparador del Leganés B decidió que con él, todos tendrían ocasión de rendir si era necesaria su presencia en el verde. El extremeño es entrenador que abraza el sentido común, así que, en caso de necesitar un ariete, no le dolerían prendas en tirar de Parzyszek.

Ocho minutos decentes

Fue lo que pasó en Tenerife. Con Karrikaburu reventado del esfuerzo y el Leganés a la desesperada en busca del gol, el técnico dio entrada al polaco y al canterano Navarro (extremo) para buscar balones colgados al área que permitieran rozar el empate. Y Piotr, fiel a su espíritu bregador, lo intentó. Le salió un tiro entre palos y otro fuera en los seis balones que tocó. Dio cuatro pases y todos acertados.

Esto es, no desentonó, pero tampoco le dio tiempo a obrar el milagro del obrero currante que todos se esperaban. Aún así, el gesto de Carlos Martínez supone, para el ariete, una bocanada de normalidad y aire fresco en una temporada compleja que él aplaca con lo personal y el gustazo de trabajar en España. Le resta un año de contrato. Está por ver si lo cumplirá o si el club tratará de abrirle las puertas para dejarle salir bastante menos ruido que el que creo su llegada anómala al sur de la capital.