Parón en las salidas

La dirección deportiva del Tenerife tiene muchos frentes abiertos. Uno de ellos es el apartado de las salidas donde, si bien ya han conseguido colocar a varios jugadores de la lista de ‘prescindibles’, hay algunos que se están resistiendo.

Uno de esos casos es el del canterano Pablo Hernández, quien sabe que no tiene hueco en el primer equipo y deberá buscarse un destino. La segunda mitad del curso pasado lo jugó cedido en el Melilla y para la 2024-25 deberá volver a hacer las maletas. “Había algo cercano, pero lamentablemente no salió adelante”, explicó Mauro Pérez.

El centrocampista no estuvo con sus compañeros en el stage de pretemporada en El Albir y este pasado miércoles jugó con el filial un amistoso con el Al Shabab Club en la Ciudad Deportiva. “Se está buscando un Primera RFEF donde pueda tener minutos y tenga opciones de mostrar todo su talento”, comentó el director deportivo días atrás.

Otro de los jugadores que debería marchar es Mo Dauda. Al igual que el tinerfeño, en el mercado invernal pasado jugó a préstamo, en su caso en el Eldense. Pero su alta ficha lo está poniendo complicado. Si bien el Tenerife ha recibido alguna oferta, “entendíamos que no era la más adecuada en el tema económico o deportivo. Tenemos tiempo y, si se va reduciendo, decidiremos”, relató Mauro.

Al atacante le quedan dos años de contrato. “Habrá que ponerse una fecha límite para ver si compensa o no su salida”, se apuntó. Desde su llegada, el ghanés no ha rendido lo que se esperaba de él. Su primer año estuvo condicionado por las lesiones y en el segundo, porque no terminaba de encajar en el esquema de Asier Garitano.

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