Oier Luengo, el comodín de Javi Calleja en un Real Oviedo al alza
El zaguero jugó de central y de lateral ante el Burgos y marcó de estrategia: es clave en los planes azules.
Ya ha sucedido en cada temporada en la que Oier Luengo encara con la camiseta azul: parte siempre por detrás de otros nombres. No supone ningún problema para el central azul pues siempre acaba dando ejemplo de profesionalidad y acaba haciéndose un hueco. Tanto que hoy por hoy es indiscutible en los planes de Javi Calleja en un Oviedo al alza que ante el Burgos regresó a la senda de la victoria y ahora descansa otra vez en la zona de playoff de ascenso a Primera División.
El duelo ante el conjunto de Ramis, el día de su debut en el banquillo del Burgos, resume a la perfección la importancia de Luengo en los planes del Oviedo. Empezó el choque como central, formando en el eje de la zaga junto a Dani Calvo: ambos son indiscutibles desde que David Costas cayó lesionado. Con la lesión de Lemos, Calleja optó por dar entrada al juvenil Jaime Vázquez, por lo que Luengo se mudó al lateral diestro. El cambio de planes no afectó al vasco que cumplió con creces en ambas posiciones. Demostró una vez más que es el chico para todo de este Oviedo de Calleja, como antes lo fue con Carrión.
El choque ante el Burgos también le señaló como un elemento importante en ataque, pues suyo fue el tanto que ponía en ese momento el empate. Luengo mostró otra de sus fortaleza, en el balón parado, para rematar en el área un balón sin dueño que sirvió para batir a Cantero y evitar, de paso, que el equipo azul se fuera al descanso en desventaja ante un Burgos que parecía cómodo en el campo hasta ese remate del zaguero vasco.
Luengo vuelve a demostrar que es uno de los futbolistas más importantes en la plantilla del Oviedo, en una evolución de menos a más clara desde que aterrizase hace tres veranos procedente de un Amorebieta que había descendido.
Fue un fichaje de perfil bajo, a la sombra en teoría de los tres centrales de garantías con los que contaba Bolo a comienzos de curso. David Costas y Dani Calvo eran titulares indiscutibles, formando una de las parejas más sólidas de la categoría. Y por si fuera poco, Rodri Tarín ofrecía una alternativa más que segura como tercer central. Le costó a Luengo que solo pudo encontrar minutos a final de curso, después de convencer a Cervera, tanto en el lateral como de central.
La historia no cambió mucho al año siguiente, al menos de primeras, porque aunque Tarín estaba lesionado, Costas y Calvo partían otra vez por delante. Pero primero encontró protagonismo Luengo en el lateral por los problemas de los hombres en ese puesto. Y luego se afianzó en el centro de la defensa por las roturas musculares de Costas. Luengo formó junto a Calvo una pareja de garantías que estuvo a solo 90 minutos de devolver al Oviedo a la Primera División.
Otra vez importante
Y aunque este año Costas y Calvo formaron de primeras en el once, a Luengo no le ha costado tanto colarse en el equipo. Lo hizo primero en el lateral, ante la falta de continuidad de Lemos y Lucas, y lo logra ahora en el centro tras una nueva lesión de Costas. Sea donde sea, el vasco es una garantía de oficio y concentración durante los 90 minutos. Por eso es indiscutible en este Oviedo.