REAL ZARAGOZA | EL ANÁLISIS

Muchas más luces que sombras

Las tres últimas derrotas no deben empañar las buenas sensaciones mostradas por el Real Zaragoza en la pretemporada. Falta rematar el equipo con un extremo, además de Germán Valera, y un central.

Zaragoza
CIERZO VISUAL

Llega el momento de la verdad, el de cambiar las balas de fogueo por fuego real. El Real Zaragoza retoma hoy los entrenamientos en una jornada que marca el fin de una pretemporada que ha dejado muchas más luces que sombras y el inicio de un ilusionante curso que ya cuenta con el respaldo de más de 26.000 abonados y que dará el pistoletazo de salida este sábado a partir de las 19:00 horas en La Romareda frente al Villarreal B.

Los aragoneses llegan al debut tras perder sus tres últimos amistosos, tres derrotas que en ningún caso deben empañar las buenas sensaciones mostradas a lo largo del verano, especialmente en el Trofeo Ciudad de Zaragoza frente al Millonarios. Sólo el guardameta Álvaro Montero evitó la victoria del equipo de Fran Escribá, que alineó a su equipo en rombo, un sistema que probablemente también se vea en la primera jornada y que ahora mismo le viene como un guante al Real Zaragoza, que de esta forma gana en salida de balón, control de juego, posesión y llegada.

Tres de esas cuatro posiciones están ocupadas por caras nuevas: Marc Aguado, en el pivote, Toni Moya y Maikel Mesa, máximo goleador del Zaragoza en esta pretemporada con tres tantos desde la mediapunta. Los tres han permitido elevar el nivel del centro del campo considerablemente, al igual que sucede en la delantera con Bakis, que el pasado jueves se estrenó como goleador zaragocista. Fue la guinda a una gran actuación en la que demostró ser un punta que sabe aguantar el balón, especialmente gracias a sus buenos controles, y con bastante intuición dentro del área.

Habrá que ver quién acompaña a Bakis en la delantera en el debut liguero. Las opciones son Iván Azón, Sergi Enrich o Mollejo. Este último, al igual que el portero Poussin, disputó el pasado sábado sus primeros minutos, pero repite cesión y no necesita tiempo de adaptación. De hecho, el único de los fichajes que no ha podido tener minutos es el lateral izquierdo Lecoeuche, aquejado de una fascitis plantar. Sin duda, una de los aspectos negativos de la pretemporada.

Por fortuna, ha sido el único gran contratiempo que ha tenido que lamentar el Zaragoza a lo largo de este verano, ya que Bermejo, lesionado en la penúltima jornada de la pasada campaña, se ha mantenido en todo momento en los plazos previstos de su recuperación y apunta a estar disponible este sábado. El resto de percances se reducen a las habituales sobrecargas de pretemporada, una pequeña rotura fibrilar de Pau Sans y las molestias musculares de Francés. Ambos ya pudieron jugar contra el Nàstic.

Otro de los aspectos a mejorar es el número de goles encajados. El Zaragoza ha recibido siete tantos en siete encuentros y sólo ha podido dejar su portería a cero en dos ocasiones. De ahí la importancia de fichar un central, no sólo por número, ya que ahora mismo Escribá únicamente cuenta con Jair, Francés y Lluís López, sino también para elevar el nivel de la defensa. No es la única demarcación a reforzar, ya que los aragoneses carecen de jugadores con velocidad y desborde, por lo que es necesario la incorporación de al menos un extremo, además de Germán Valera, cuya cesión podría hacerse oficial este mismo martes.

Son los deberes de un Juan Carlos Cordero que también tiene que dar salida a James Igbekeme, Manu Molina y Baselga, este último cedido, antes del cierre del mercado el próximo 1 de septiembre. Mientras, tres jornadas, las dos primeras en casa, para confirmar las buenas sensaciones de la pretemporada y alimentar la ilusión de una afición que siempre responde y que sueña con poner fin de una vez por todas a once años de travesía por la Segunda División.

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