Lucas Boyé, el deseado

Lucas Boyé (San Gregorio, Argentina, 1996) es uno de los jugadores más deseados del mercado. El delantero argentino tiene varias ofertas sobre la mesa, sin embargo, tiene aún dos años de contrato con el Granada, hasta 2027. Así que si quiere cambiar de aires primero tendrá que dar el visto bueno el club nazarí.

De momento, ha empezado la puja. Varios equipos de Primera División como Rayo Vallecano, Getafe, Alavés, Las Palmas o Valladolid ya han preguntado por la situación del delantero, aunque su salida no parece sencilla. Porque el punta argentino tiene contrato en vigor y el club granadino no está dispuesto a regalarlo.

El pasado curso, el Granada desembolsó 7 millones para hacerse con los servicios del artillero. Una inversión importante para reforzar el ataque. La cláusula se fijó en diez millones de euros. Por ello, para que Boyé abandone la ciudad de la Alhambra el equipo que le quiera tendrá que, mínimo, igualar la inversión nazarí.

De hecho, la entidad rojibanca se remite a la cláusula de rescisión siempre que algún club ha preguntado por el argentino. Ya lo intentó el Rayo, aunque se quedó muy lejos de las pretensiones nazaríes con sólo cuatro millones por el futbolista. Es la única oferta firme que ha trascendido de momento, aunque sí se ha confirmado el interés de varios equipos, pero nada formal.

Boyé es uno de los pilares del equipo de Abascal. El entrenador entiende que es un jugador diferencial, sobre todo en Segunda, y que puede formar buena pareja de ataque tanto con Uzuni como con Weissman, con quien ha compartido el ataque en los dos primeros partidos de pretemporada.

Cierto que no es un delantero goleador (seis goles en 31 partidos la pasada temporada con la horizontal rojiblanca, 29 goles desde que llegó a España en 148 partidos) pero sí un futbolista capaz de hacer jugar a los demás, con buena visión de juego y una gran capacidad de retener el balón y descongestionar al equipo. Así que, junto a un delantero móvil, puede dar mucho.

Desde que llegó a España, Boyé no ha jugado en Segunda. Aterrizó en 2017 en el Celta, donde apenas tuvo transcendencia. En 2020 llegó al Elche, donde estuvo tres temporadas en la máxima categoría. En 2023 descendió con el conjunto ilicitano y jugó tres partidos (un gol) antes de fichar por el Granada.

Ahora Boyé puede volver a Primera, aunque el Granada tiene claro que no regalará al jugador. Con contrato en vigor, los nazaríes no le dejarán escapar por menos de lo que le costó el pasado verano y, en principio, se remitirá a la cláusula a cualquier equipo que pregunte por el argentino que en este inicio de pretemporada se le ha visto muy implicado con el equipo de Abascal.

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