Los seis resucitados de Martínez

Hasta seis jugadores del Leganés han abandonado su posición de recursos tapados, casi inexistentes, para emerger como jugadores claves en el resurgir blanquiazul desde que Carlos Martínez se hizo con el banquillo pepinero. Son futbolistas enterrados en el anonimato con Idiakez como Neyou o Josema a los que el cambio de entrenador ha permitido lucirse y algo más. Demostrar que lejos de ser piezas inservibles, podían tener un rol destacado con los blanquiazules.

Quizá el camerunés y el murciano son los ejemplos más claros, más palpables, en esta media docena de hombres que completan Karrikaburu, Omeruo, Qasmi y Parzyszek. ¿El motivo? Su desfase entre el rol que el club creía que podían tener y el verdadero papel que les otorgaba un Idiakez que, incluso en algún caso, llegó a poner en entredicho estas incorporaciones.

Neyou, imparable

Con Neyou, por ejemplo, pronto demostró que no le llenaba el ojo. Y eso que tuvo como argumento al inicio de curso una lesión que lo apartó de los terrenos de juego. Sin embargo, ya recuperado, el pivote seguía oculto. La enorme fe en Undabarrena, unido a que no creía que Neyou fuera jugador útil acabó provocando que el primero se sobrecargara de partidos y terminara lesionado, momento en el que no le quedó otra que tirar del internacional cedido por el Saint Etienne.

Aun así, fue Carlos Martínez el que le otorgó rol de hombre importante garantizándole un dibujo y papel que pronto el camerunés metabolizó en un empoderamiento palpable sobre el verde. Desde entonces, es el líder de la medular (con permiso de Cissé) demostrando incluso que con Undabarrena cuaja buen papel. Ante el Burgos los dos jugaron de inicio y brillaron. De nuevo Neyou rozó la perfección en la distribución, con sólo tres pases fallados de 26 intentados. No es la primera vez que sus porcentajes en este campo rozan o superan de largo el 90%.

Josema, sobriedad en la izquierda

En El Plantío también jugó de inicio Josema, un jugador al que Idiakez usó en los comienzos, pero al que orilló por considerar que en su sistema de tres centrales con carrileros largos no encajaba. Tanto es así, que buscó fórmulas (exitosas, por cierto) como readaptar a Miramón al costado zurdo con tal de no usar a Josema. Con Carlos Martínez el Leganés ha vuelto a la defensa de cuatro y Josema, a ser hombre clave que aporta atrás (se le nota que juega con más confianza, comete menos fallos), pero también arriba. Sus centros al área suelen ser peligrosos. Este ex del Elche le ha arrebatado el puesto a Franquesa, que ya parecía inamovible.

Los retornos de Omeruo y Karrikaburu

El caso de Karrikaburu o de Omeruo son distintos, aunque similares. Porque si al primero sí que Idiakez le dio minutos, fue casi siempre desde el banquillo, enrocado en su decisión por no darle presencia en el once aun incluso cuando Juan Muñoz (su titular) se lesionó. Con Carlos Martínez el navarro ha aprovechado la baja del sevillano y el nuevo estilo del Leganés para crecerse. Ya suma dos goles en apenas seis partidos con el extremeño al frente. Además, aporta con su juego, especialmente notable de espaldas al arco, desde donde distribuye juego para el resto de sus compañeros.

Omeruo también participó con Idiakez pero de manera más testimonial, casi nunca como pieza clave de su modelo de tres centrales. Carlos Martínez, con el que ya trabajó en su época como asistente de Javier Aguirre, se aferró al nigeriano en sus comienzos como extensión de su autoridad en el verde, ante lo que el defensa respondió de nuevo crecido en su rendimiento y sin apenas fallo.

Qasmi y Parzyszek, pólvora de nuevo en activo

Por último, Qasmi y Parzyszek también han sido rehabilitados, si bien no como hombres habitualmente titulares, sí como recursos válidos. El primero incluso recuperó la titularidad ante el Huesca seis meses después (no lo hacía desde septiembre) para marcar el gol del triunfo. El segundo también retornó a tener minutos desde el banquillo en las búsquedas de la remontada ante Alavés y Tenerife. No jugaba también desde hacía meses.