LAS PALMAS

Los minutos del tesoro perdido

Dos veces fue capaz de igualar el partido el Mirandés ante Las Palmas quien se vuelve con la sensación de haber perdido dos puntos.

PAULINO ORIBEDiarioAS

Todo parecía que se encaminaba para que Las Palmas cosechara su segunda victoria a domicilio de la temporada. Con un 1-3, a falta de 5 minutos para llegar al minuto 90 y un Mirandés que no daba sensación de ser capaz de abrir la coraza de Las Palmas, tenía sentido pensar que por primera vez los amarillos no solo iban a puntuar en Anduva sino que se llevarían los tres puntos.

Sin embargo, todo colapsó. Si en la primera parte el Mirandés sacó sus credenciales de equipo que muerde hasta el último segundo con un gol en el quinto minuto del descuento, en la segunda castigó por segunda vez por partida doble. Los amarillos dejaban pasar el tiempo convencidos de que el resultado estaba a falta de certificación, el histórico reciente de goles encajados del equipo le daba cobertura argumental a esta sensación.

Pero a veces ocurre que en fútbol las cosas pasan primero muy lentas y luego muy rápidas. Y al derrumbe repentino le había precedido un mar de fondo. El marcador con dos goles por encima del Mirandés y tan solo un tanto encajado hasta el día de ayer daban espacio al pensamiento engañoso de que la victoria la tenía Las Palmas en el bolsillo. Además, los grancanarios habían mostrado un gran colmillo. Tres goles, un tiro al palo y la sensación de que a poco que se moviera el árbol la fruta caería de nuevo de madura. Estos indicadores vanidosos pudieron bajar la alerta.

Pero es que para que caiga la fruta, primero había que mover el árbol. Y Las Palmas dibujó un escenario de armisticio. “Teníamos jugadores de mucha calidad y que tocando el balón podríamos haber marcado a la contra rompiendo por bandas”, dijo el técnico sin buscar amparos para justificar el descalabro a la conclusión del partido cuando fue preguntado por la falta de un delantero.

Pero la realidad es que acabó sin un 9 puro con Marc Cardona lesionado y Sandro entre algodones la punta fue para Viera. Y cuando el capitán no apoya en la sala de máquina desde la mediapunta, algo se pierde en el alma. Sin fuego rival, el Mirandés mandó a los suyos al frente.

Y cuando el partido iba camino del archivo llegó un córner. La rendija para que se colara el colapso final. Los amarillos no son lo que eran hasta hace un tiempo en la defensa del balón parado, pero un saque de esquina siempre entraña peligro. Y de pronto el vértigo. La falta de buenas sensaciones previas al 2-3 en el cuadro amarillo se acentuaron, como es lógico. En el lado contrario, la orilla más cerca para los de Miranda inflamó todo. Solo necesitaba otra rendija y la encontró.

Si Las Palmas había sido capaz de noquear en tres minutos al Mirandés con calidad y precisión quirúrgica, ahora le llegaba el turno a los locales, mandando a la lona a los amarillos como harían al filo del descanso y sacándole un tesoro a los grancanarios que no se vuelven de vacío, pero casi, y que además de los dos puntos perdieron a Marc Cardona y Coco. Ahora a los amarillos les queda levantarse y evitar que donde reinaba la seguridad y el conocimiento de las fortalezas y las debilidades, se deje paso a las dudas.

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