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Los Anexos, factoría de centrales

La cantera del Real Valladolid ha destacado en los últimos tiempos por producir futbolistas prometedores en esta posición, con David Torres a la cabeza.

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Durante los últimos años, la irrupción de canteranos en el primer equipo del Real Valladolid ha sido mayor que en la década anterior y de lo que decía el tópico de que aquí no llegaban. Uno de los precursores de esta era reciente fue Fernando Calero, quien encontraría en Mohamed Salisu un heredero de garantías, aunque más breve si cabe, dado que, como el boecillano, se convirtió en la mayor venta de la historia del club después de tan solo una temporada en el primer equipo. Comenzaron una dinastía de centrales que, este 2023, encontró en David Torres su siguiente eslabón.

Torres ha sido el siguiente, pero no el último, a tenor de la producción de la factoría de Los Anexos, donde a lo largo de este año han seguido dando pasos hacia adelante varios defensores más. El mayor de todos, el que todos desean, fue su estreno, hace casi un año, en Primera División, para posteriormente asentarse en un plantel en el que ostenta la vitola de titular. Otro que ha ido de la mano ha sido el de su debut con la selección española sub’21, una llamada que no recibía un jugador del Real Valladolid, y sobre todo de la provincia, desde mucho tiempo atrás.

A sus 20 años, el hijo de Torres Gómez es el espejo en el que se miran cuantos futbolistas se forman como blanquivioletas y con los que comparte una posición prolífera, a tenor de la irrupción de algunos. Uno de los últimos en consolidarse por encima del escalón que a priori le es natural es Iago Parente, quien poco a poco se ha hecho con la titularidad en el Promesas a pesar de ser todavía menor de edad. Tras recibir su primera y única convocatoria con España, se lesionó y no pudo acudir, pero aquello no detuvo su crecimiento: juega (y rinde) habitualmente contra delanteros que le doblan en edad y ha sido renovado recientemente.

Como él, nació en 2006 José Luis Aranda, el último en asomar en el filial, a las órdenes de Álvaro Rubio, quien, contra el Cayón, alineó una defensa insultantemente joven, con hasta tres juveniles, en la que Aranda hizo su primera aparición. La finura de Parente encontró, como tantas otras veces, un aliado en su contundencia, la que viene exponiendo a lo largo de toda la temporada en el División de Honor, donde es uno de los baluartes para Manu Olivas, capaz de crecerse ante rivales grandes.

Con su permiso y con el de Arco, Alejandro Galdeano, Galde, no tardará en asentarse, después de un final de año de ensueño. De 2007, como Víctor, Pascu o Arnu, este mismo mes de diciembre se ha convertido en el quinto jugador de esta añada en ser citado por las categorías inferiores de España, apenas unos pocos días después de disputar su primer partido en la máxima categoría juvenil, contra el Rayo Vallecano, contra quien fue uno de los destacados. Esta condición es la que su potencial le otorga desde hace tiempo y ha hecho que el club le haya renovado.

Como él, jugó contra el San Sebastián de los Reyes, el último encuentro de este 2023, Sergio Esteban, un prometedor cadete que compite ya con futbolistas de tres años más. Haber nacido en 2008, y por tanto, tener 15 años aún, no ha sido un impedimento para que haya recibido la confianza suficiente como para competir habitualmente con juveniles, como suele hacer en Liga Nacional. El futuro que se le adivina puede pasar tanto por su posición de central como por alguna otra como el lateral derecho o como el mediocentro y, como otros, podría llegar a vestir la camiseta de la selección, puesto que ya ha sido seguido por sus técnicos in situ.

Esa polivalencia es la que viene manejando otro de los centrales promocionados en los últimos tiempos, Álvaro Gómez, que viene actuando como lateral derecho, y, como Mateo Garrido, nacido en 2009. La capacidad competitiva del primero está tan fuera de duda en Los Anexos que son pocas las que existen sobre su tempranero debut con juveniles, una vez cumpla los 15 años el próximo mes de mayo. Mientras tanto, Garrido, quien alterna el Cadete A con el B, brilló con Castilla y León en el Campeonato de España y muestra cada fin de semana aptitudes que le hacen ser considerado un prometedor prospecto por propios y extraños.

Creciendo fuera de casa

Entre los futbolistas anteriores existe un vacío generacional en 2004 y 2005, que no implica que no hubiera zagueros capaces de buscar el profesionalismo, si no en Valladolid, sí fuera de casa. Eso es lo que están haciendo Joan Castaño, internacional sub’20 por Ecuador y jugador del Barcelona de Guayaquil después de alcanzar la División de Honor con Real Valladolid y Rayo Vallecano, así como Pedro Augusto, que debutó la temporada pasada en el Promesas y, tras ser descartado a la hora de dar el salto a amateur, firmó con el Montijo de Segunda RFEF, con el que acumula una docena de partidos.

También han buscado su crecimiento fuera los todavía juveniles Dani Sauko, en el Almería, y Seydou Fall, en el Atlético de Madrid, ambos de 2005, así como Diego Pérez, de 2006, también como colchonero. Después de varias temporadas vistiendo de blanquivioleta, los dos primeros dejaron Los Anexos en los dos últimos veranos como descartes, mientras que el de Diego Pérez es un caso atípico: aunque es vallisoletano, solo ha militado una campaña en el Pucela, después de que el Málaga, donde jugaba, cerrara su Academia durante la pandemia y antes de marcharse a la del Atleti, donde ha llegado a entrenar con el primer equipo.

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