ESPANYOL

Los 100 primeros días de Luis García: personalidad, dolor y esperanza

El entrenador del Espanyol ha pasado por buena parte de los estadios de la vida en poco más de tres meses. Pero ahora sólo mira a presente y futuro: el irrenunciable camino a Primera.

Fueron más de 2.000 días los que Luis García surcó como futbolista del Espanyol, con la camiseta blanquiazul que defendió entre 2005 y 2011. Una época en que se vivió entre la gloria y el abismo, aunque al final sobresalieron esas páginas legendarias ya de la historia perica. Un anhelo que el ahora entrenador emprende en un equipo en el que cumple 100 días que parecen muchos más. Y los que vendrán.

A las 15:59 del pasado 3 de abril anunciaba el Espanyol la contratación de Luis, procedente del Real Madrid C, y sustituto de Diego Martínez. Todo a una carta por la salvación de una plantilla que navegaba ya a la deriva, que venía de una durísima derrota en Girona y con la que se había perdido un tiempo valiosísimo, de haber ejecutado el cambio en el banquillo durante las dos semanas previas de parón. Y más cuando la propuesta del nuevo técnico pasa por “que tengamos personalidad, que no tengamos miedo a tener el balón, que seamos verticales. No queremos especular”, como declaró en su presentación, del día 4. Todo ello, sin pretemporada de por medio.

Aun así, se empezaron a ver los frutos de ese nuevo libreto en el primer partido, con una salida de balón inédita. Los resultados, sin embargo, no acompañaban. “Cuando la gente nos da por muertos, es que no saben lo que es el Espanyol, lo que es el perico”, advertía Luis García tras caer ante el Betis, el 15 de abril. “Saldremos con los ojos inyectados en sangre”, avisaba dos semanas después, el 29, antes de medirse con el Getafe. Mensajes que intercalaba con una preparación a contracorriente de un estilo dotado de un característico sello propio, mientras en paralelo trataba de conciliar, de cohesionar a un vestuario despedazado.

Dos victorias (Getafe 1-0, Rayo 1-2), cuatro empates (Cádiz 0-0, Atlético 3-3, Valencia 2-2, Almería 3-3) y cinco derrotas (Athletic 1-2, Betis 3-1, Villarreal 4-2, Sevilla 3-2, Barcelona 2-4) fue el balance de un Espanyol al que algunas increíbles decisiones arbitrales, especialmente del VAR, impidieron luchar por la permanencia en la última jornada. “No estamos en Segunda por los arbitrajes, pero no han sido equitativos”, clamaba el preparador el 28 de mayo, en Mestalla, tras certificarse el descenso con una notable polémica.

“Esto no va a ser un mercadillo; no lo permitiremos”

Luis García

Enseguida, como si se tratase de su inseparable libreta de los entrenamientos, giró Luis García la hoja de la caída a Segunda para ponerse manos a la obra con el futuro. Que ya es presente. “Quiero mandar un mensaje claro”, proclamaba el 2 de junio, antes de despedir ante el Almería la Liga. “Es un aviso para los entornos y agentes, esto no es un mercado. Daremos valor a los jugadores. Tienen una responsabilidad, como yo. Hay que empujar al máximo. Esto no va a ser un mercadillo. No lo permitiremos”, manifestaba.

Y, aunque las vacaciones de los jugadores han formado parte de estos 100 días, para el entrenador no ha sido tiempo de descanso. Su contacto fue continuo, primero con Mao Ye Wu, el CEO del club, y después ya con Fran Garagarza, el nuevo director deportivo. Porque no hay tiempo que perder. Sin Joselu Mato, con la gestión sobre jugadores cuyo futuro es incierto, como Sergi Darder. Y con la posibilidad de que recale algún cedido del Real Madrid Castilla, al que fue a ver en su promoción ante el Eldense.

Luis García, en el entrenamiento de este lunes. Gorka Leiza

“Es una versión de entrenador que quizá no habíamos tenido aquí en el club”, desgranaba sobre Luis García, este lunes, un Pol Lozano que aún no había coincidido con él, pues regresa de cesión en el Granada, aunque ha visto a unos cuantos entrenadores durante sus 17 años en el Espanyol. Ahora el técnico ya no piensa en esos 100 que pasaron, sino en los 100, 200 ó 300 siguientes. Con una pretemporada en que nada puede fallar para afrontar el campeonato de Segunda como una oportunidad, un camino sólo de ida hacia el lugar que le corresponde a la entidad. Y a Luis García.

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