Leganés, ¿un ascenso en déjà vu?

El fútbol es nido de coincidencias. A veces, casi cósmicas. Leganés espera el domingo confirmar esta teoría de benditas extravagancias alrededor de un balón. En Butarque, ante una localidad desatada de excitación, los pepineros pueden lograr el ascenso a Primera frente al Elche. La historia se repite. Como hace 31 años y casi con la misma camiseta. Cambia el escenario y la categoría. Eso y un buen puñado de cosas más. Pero la esencia se mantiene. Déjà vu a la pepinera.

Porque hace casi 31 años, un 27 de junio de 1993, el Leganés logró su primer gran hito de la historia moderna con su primer ascenso a Segunda División. También frente al Elche y también en casa. Claro que aquel partido (triunfo 3-0) se jugó en el ya desaparecido Luis Rodríguez de Miguel, un estadio que 2000 desapareció para dejar sus cimientos a la actual Plaza Mayor de la ciudad. Ahí ahora se festejan los ascensos. Y ya aguarda celebrar otro el próximo lunes. Dedos cruzados. Tensión en espera.

Una plantilla para la historia

También la semana previa aquel partido hace 31 años se hizo larga. Especial. Puede incluso que más que ahora, porque aquel equipo dirigido por Luis Ángel Duque (leyenda pepinera, su entrenador con más partidos) era un conjunto semiprofesional que afrontaba la potencial hazaña de tocar la Segunda como el premio a la testarudez obrera y el compromiso de un grupo mezcla de jóvenes talentos y veteranos en retirada. Nada que ver con el actual proyecto que, aunque buscaba la permanencia a principios de curso, forma parte de un grupo de élite con reminiscencias cercanas a su paso Primera.

A los primeros, a los jóvenes, pertenecían, por ejemplo, Vivar Dorado y Fernando Sánchez Cipitria, poco tiempo después carne de Primera en Tenerife o Valladolid entre otros. A los segundos, veteranos legendarios como Mesas, Capi Dorado, Aguilera, Chuso o David, entre otros. Todos habían creado un grupo fácilmente identificable con los valores de una ciudad que vivió con ellos el recorrido a Segunda como una aventura irrepetible. La gloria máxima. Por entonces nadie preveía que habría más retornos a Segunda y, sobre todo, un ascenso a Primera. Puede que en breve sean dos.

Equipo valiente, ascenso eufórico

El caso es que el Leganés se clasificó para el playoff de ascenso que entonces se jugaba en modo liguilla antes de la final. El Leganés quedó primero de su grupo por delante de Palencia y Xerez. En la final, ante el Elche, el sorteo decidió que la ida se jugaría en Alicante y la vuelta, en Madrid. El 1-1 cosechado por los blanquiazules en el Martínez Valero les daba la ventaja por el valor doble de los goles en caso de un 0-0 a la vuelta. Pero Luis Ángel Duque no especuló y alineó un equipo valiente para buscar el triunfo, como él mismo recordaba esta semana en redes sociales.

El resultado: 3-0 frente a un histórico que en Leganés se hizo pequeño para abrirle las puertas de la gloria a los blanquiazules. Sucedió en un estadio que albergó unas 7.000 personas pese a que su capacidad era de 5.000. Cosas del fútbol de antaño. Los goles llegaron en la segunda mitad. Antonio hizo el 1-0 (51′) para repetir ya en el tramo final (2-0, minuto 85). En el 87′ Peces puso la sentencia definitiva y desató una euforia que a inicios de la actual temporada, el Leganés quiso rememorar con el diseño de su primera y segunda indumentaria.

Mismas camisetas

Las camisetas con las que juegan los muchachos de Borja Jiménez es un calco de aquellas, mención al ascenso de 1993 incluida en cada zamarra. Un guiño a la historia que pocos intuían que se pudiera hacer realidad a final de temporada incluso ante el mismo enemigo de aquella calurosa tarde de verano. El fútbol, a veces, es un nido de coincidencias incluso de tintes cósmicos.

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