Lautaro se come el turrón del Depor

El Andorra va a tener las fiestas en paz. Por méritos propios y es que los tricolores encadenan dos victorias seguidas. La última ante un Depor que estuvo repleta de meritocracia. Lautaro fue el autor del tanto que desniveló la balanza en la segunda mitad y pone a volar a los de Carles Manso. Precisamente el técnico, hasta ahora, interino no solo se comerá los turrones porque tras este triunfo se mantendrá toda la temporada al mando. Ha hecho méritos para ello porque el conjunto tricolor se catapulta en la clasificación y se despega del descenso. En cambio, la Navidad será un poco más revuelta (tampoco demasiado porque siguen arriba) en un Depor que encadena su tercera derrota en Liga. Eso sí, hay amenaza de perder la posición de ascenso directo. Le tocará estar pendiente de Almería, Castellón y Las Palmas.

Fue un duelo entretenido y no arrancó nada mal. Aunque se notó que pasó factura el estado del terreno de juego, tan rápido como resbaladizo. Algunas zonas eran más propias de una pista de hielo y jugadores, como Yeremay y Jastin, lo sufrieron. Hidalgo ordenó una presión alta, muy cercana al área de Yaako y, en el 12′, estuvo a punto de surtir efecto. El meta del Andorra cometió un error en el pase y Luismi, a un toque, estrelló el palo en el larguero. El rechace le cayó a un Zakaria que falló de manera difícil de explicar. Sin portero y con solo Gael Alonso y Sergio Molina bajo palos, el delantero del Depor remató fuera.

Fue un buen susto para un Andorra que tras ello se adueñó del balón y tuvo ocasiones, como la de Jastin. Incluso hizo un gol, Lautaro en el 28′, pero el colegiado Eder Mallo lo anuló por una falta sobre Loureiro (el central no protestó en ningún momento). El enfado tricolor fue mayúsculo, con razón, porque no se pudo apreciar de manera clara el empujón que invalidó el que habría sido el 1-0. El VAR no le pudo quitar la razón al árbitro. Gerard Piqué, en la grada, no dio crédito y sus gestos y golpes fueron de clara disconformidad con la decisión. El balón siguió y, con el Andorra lanzado al ataque, Lautaro volvió a tener una gran ocasión, aunque se topó con un inmejorable Germán Parreño. La primera mitad, eso sí, acabó con varias amenazas de Yeremay, que destiló velocidad.

En la segunda mitad, el Andorra se adueñó por completo del duelo. Secó a Yeremay y los de Hidalgo fiaron todo su fútbol a unas contras que nunca llegaron. Los cambios, como Nsongo, Stoichkov y Mella, tampoco le dieron demasiado aire. Quién sí lo dio fue Minsu, para el Andorra. La jornada pasada tuvo un papel de revulsivo, y goleador, contra el Valladolid y fue aparecer en escena contra el Depor y dejar huella. Fue quien se encargó de poner el vértigo en el 1-0. Golazo de Lautaro. Todo pasó a un toque entre Minsu, Álvaro y Lautaro. Fácil, y precioso, para superar a Germán y dejar la lona a un Depor que no levanta cabeza en Liga. Demasiada Copa.

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