LAS PALMAS

Las Palmas se la juega en Gran Canaria

La U. D. recuperó el liderato pero tendrá que refrendarlo en casa. La última victoria en su casa fue ante la Ponferradina a finales de febrero

Carlos Diaz-Recio

Comentaba Garitano, Gaizka, tras el pasado encuentro en Ipurua que “ahora Las Palmas están celebrando en el vestuario como si hubieran ascendido”. Aunque el técnico amarillo le había dado más contexto al estado anímico del vestuario. “Es un éxito que después de estas nueve jornadas en las que solo hubo un triunfo el equipo no haya dejado de creer”. Así que si la OMS declaró hace tan solo una semana el fin de la pandemia, determinar que Las Palmas ya ha salido de su crisis resultaría muy atrevido tras una victoria, de caché pero solo una, por ahora.

Porque la cabeza de Segunda ha perdido el tino desde hace dos meses y porque los amarillos ya vivieron una situación similar hace un mes. Tras cuatro encuentros sin ganar, al igual que antes de viajar a Eibar, Las Palmas conseguía darle la vuelta al marcador de forma agónica frente al Albacete. “Esta victoria, espero, nos haga olvidar los últimos cuatro resultados negativos”, comentaba el entrenador de Las Palmas en la sala de prensa del Carlos Belmonte. Sin embargo, el Oviedo y el Granada rajaron a continuación el espíritu de un alma de un equipo en recuperación.

Haber recuperado el tono competitivo se empezó a vislumbrar ante el Levante y el Zaragoza y fue monetizado frente al Eibar. Su refrendo debería llegar en este tramo finalista de liga, con todo por jugar y sin dependencias externas. “Estamos en una situación inmejorable, dependemos de nosotros y naturalmente si queremos conseguir cosas importantes, que es lo que queremos, tenemos tres partidos, pero debemos pensar en el Villarreal B para volver a hacer un partidazo y conseguir los tres puntos para seguir dependiendo de nosotros en el siguiente partido”, reconocía el técnico amarillo.

Lo que sucede es que es casa donde donde los amarillos no terminan de sumar de tres desde el 26 de febrero. La última vez fue contra la Ponferradina, en el que se impusieron en el último cuarto de hora gracias a la clarividencia de Sandro donde se depositan muchas de las esperanzas del gol. Desde entonces Málaga, Sporting, Oviedo y Levante sacaron algún botín del Gran Canaria.

Tras aquel encuentro frente a los bercianos, los amarillos han sumado tres puntos en casa sobre doce. Lo que le sitúa en 0,75 puntos por partido, proyectado a 21 partidos, una vuelta, serían 16 puntos. Mientras que en ese mismo tramo fuera de casa acumulan siete puntos en cinco partidos, lo que supone 1,4 puntos por encuentro, y haciendo el mismo ejercicio comparativo serían 30 puntos en 21 encuentros.

Si trazamos una línea que divida la liga en dos —desde el partido frente a la Ponfe— la producción fuera de casa se ha reducido en 0,29 puntos por partido. Pasando de 1,69 a 1,4. A nivel de una vuelta sería una diferencia de 6 puntos. El chocolate del loro comparado con la diferencia del rendimiento en casa. De 2,06 puntos por encuentro se ha pasado a 0,75 desde la última victoria. En total 1,31 puntos menos cada jornada en casa. Lo que suponen en 21 encuentros 28 puntos en total.

De ahí la importancia para los de García Pimienta de volver a recuperar el nivel mostrado en los primeros quince encuentros en casa, cuando sumaron 31 puntos de 45 posibles, ganando 9 de quince partidos y solo perdiendo ante el Albacete. Máxime cuando dos de los tres últimos encuentros serán en Gran Canaria. Y ahora es que como decía el técnico amarillo: “Nos estamos jugando ascender de categoría”.

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