LEGANÉS

Las interferencias del mercado

El frenazo del Leganés ha coincidido, paradójicamente, con fichajes que han mejorado la plantilla, pero introducido nuevos escenarios en el equipo pepinero.

Juan Aguado

El frenazo del Leganés a su racha excelsa ha coincidido con las llegadas de un mercado invernal que ha potenciado la plantilla blanquiazul con primeros espadas para la categoría (Franquesa, Karrikaburu y Narváez), pero que parece haber generado consecuencias más allá de mejorar el bloque. Paradójicamente los debates y competencia abierta en algunos puestos ha abierto una ventana de inestabilidad que, antes del mercado, no existía. Algo se ha alterado en la maquinaria pepinera.

Antes de que el ritmo del Leganés se desacelerase, una constante se repetía en las explicaciones de por qué este equipo iba viento en popa a toda vela: unidad. El bloque sólido y sin fisuras que había gestado Idiakez y el resto de su cuerpo técnico había conseguido convertir en virtud un defecto. Porque la plantilla era corta. Escasa en algunas posiciones. Pero el compromiso del grupo convirtió las cuitas en motivo más para apretar las filas y demostrar el sacrificio de todos.

Fue así como el técnico se vio forzado incluso a inventarse posiciones nuevas para jugadores que tuvieron que ejercer en puestos poco habituales. Cissé, Miramón, Raba o Juan Muñoz fueron algunos de ellos. Pero alentados por la necesidad, ofrecieron todos versiones excelsas allá donde nadie esperaba que fueran tan eficaces. Además, el rendimiento se extendió también a los suplentes, que apenas jugaban veinte, diez o cinco minutos, demostraban una intensidad admirable.

Debates y competencia

Con el mercado invernal el club selló esas deficiencias hasta construir un bloque más completo. Paradójicamente, desde los refuerzos, el rendimiento no ha sido el mismo. Con casi todos los puestos equilibrados, han empezado a surgir rotaciones que antes no eran necesarias y debates donde antes no había discusión. El ejemplo más claro es el de Jon Karrikaburu y el retraso en su presencia en el once. Anteriormente nada se discutía sobre si Juan Muñoz debía ser sí o sí el ariete de este equipo.

El caso es delicado más allá de lo deportivo, toda vez que el club ha hecho un esfuerzo para ficharlo y la Real Sociedad espera que juegue con frecuencia, algo que podría comprometer futuras cesiones de no gozar de continuidad. Además, a Idiakez se le ha visto en alguna ocasión algo incómodo con el debate.

Karrikaburu, en un partido ante el Mirandés. PAULINO ORIBEDiarioAS

Salidas y amagos

A ello hay que unir otros daños colaterales, como que se revelase el deseo de Dani Jiménez de salir del Leganés por la titularidad de Asier Riesgo o que no se incorporase un central cuando en sala de prensa Idiakez deslizó en varias ocasiones un deseo por añadir a su plantilla un hombre más ante la lesión de Omeruo y la escasez de efectivos en esa franja. Si a ello se le une que Jose Arnáiz, referencia ofensiva de los pepineros, ha alcanzado un acuerdo con Osasuna para firmar la próxima temporada con los rojillos, el resultado es un goteo de interferencias que no existía antes del frenazo de un equipo que, paradójicamente, podría estar sufriendo los efectos de mejorar su plantilla en el mercado invernal.

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