Las deudas del Real Valladolid: la de fútbol y la económica
El club blanquivioleta se despide de 2025 de la forma más ajustada a lo que ha sido su año: un desastre absoluto, bailado en Ipurua, más cerca del descenso que del ascenso.
Como no podía ser de otra manera, el 2025 tenía que terminar con un partido esperpéntico, a la altura de un año para olvidar. La prudencia recomendaba no tocar mucho de lo que venía haciendo el equipo con, prácticamente, tres entrenamientos. Con Almada, décimos, el equipo no estaba tan mal: tiraba mucho y mostraba seguridad defensiva, pero le faltaba efectividad. En Ipurua todo eso desapareció y no surgieron ni los más mínimos brotes verdes...
El Real Valladolid compareció con un once extraño, con dos cambios díficiles de entender y una idea de juego que exponía mucho al equipo en la salida de balón. De ahí llegó el primer gol y la cuesta abajo ya se hizo inevitable. El equipo no llegó a la portería contraria en la primera parte y sólo en la segunda, cuando el partido tenía claro color blaugrana, los pucelanos tuvieron más ocasiones. También los cambios fueron raros...
Así que ni Almada era el culpable de todos los males, ni los jugadores eran fenómenos desacreditados por el técnico. La propuesta de Sisi naufragó y ahora parece que será Luis García Tevenet el que intenté llevar la nave a buen puerto. Visto lo visto, lo primero será sumar los 50 puntos y luego ya pensar en otras cosas. A este punto ha llegado el Pucela en 2025 como paso previo a 2026. Con una deuda de fútbol. No es una cuestión menor en este deporte.
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Cambiando de tercio, me van a permitir, pedirles disculpas. Los penaltis los fallan los que los tiran, los que opinamos nos equivocamos y yo lo hice en la SER hoy afirmando que dentro de los 50 millones de deura entraban los 28 del fondo CVC. No es así, la deuda del club, ahora mismo, son de 50 millones brutos, 35 netos, mientras que los 28 no son deuda, sino que aparece como un préstamo participativo a devolver en 45 años, lo que hace que entre en la parte de patrimonio. Y llama la atención que la nueva propiedad, que reconoce que la última auditoria se acercaba a estas cifras, haya comprado con ese dinero a deber en Segunda... Por fin se acaba 2025, esa es la mejor noticia.
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